martes, 9 de octubre de 2012

Responsabilidad Precoz


Anteriormente la responsabilidad precoz la encontrábamos cuando la familia pasaba por situaciones económicas difíciles y el niño tenía que trabajar desde joven. A los 8-10 años (a veces incluso antes), y siempre antes de la adolescencia, ya se incorporaba de una forma u otra al ámbito de la obligación laboral, viviendo esta situación con un especial deber y necesidad para el bien o ayuda de la familia. Esta situación se sigue contemplando aun en América latina donde la responsabilidad del Estado-social no alcanza de manera idónea a las familias con dificultades socioeconómicas.
La palabra responsabilidad procede de «esponsalis» que quiere decir «ligado» (de ahí el nombre de esposo/a), «que obliga a algo», así hoy las formas de obligación precoz o de presión la encontramos en niños de edad escolar que son sometidos a situaciones de exigencias en notas y actividades complementarias. Esto ha dado lugar en ocasiones a alteraciones psíquicas, reactivas a obtener «un notable», cuando anteriormente los resultados eran siempre de «sobresaliente». Niños con estos rendimientos tan excelentes pueden hacer una reducción existencial de su vivencia de autovalía en relación con las magnificas notas, y además la familia suele sentirse orgullosa de esos buenos rendimientos que pueden utilizar como prototipo de la imagen «buena» de su hijo ante su entorno social. Tener un rendimiento regular o malo es vivido con un intenso sentimiento de fracaso existencial, con gran angustia y vivencia de pérdida de valor ante la familia.
La hiperresponsabilidad precoz puede originar adultos con muy poca «elasticidad psíquica». Aumenta  entonces el riesgo de enfermedad psíquica. Y también puede ocurrir que se vayan al otro extremo, y decidan no querer tener responsabilidad de adultos.

Referencia
Rojo, J. (2011). Comprender la Ansiedad, las Fobias y el Estrés. Madrid: Pirámide.

Dr. Félix Piñerúa Monasterio