En la versión más conocida Atenea (Minerva
entre los romanos) nace de la cabeza de Zeus, en una total usurpación por parte
de este dios de una cualidad y fuente de poder exclusivamente femenino como es
parir. El mito narra como Zeus codiciaba a la Titádine Metis, quien adopto
muchas formas para eludirlo, hasta que por fin la atrapó y la dejo encinta. Un
oráculo de la Madre Tierra declaró entonces que daría a luz una niña y que, si
Metis volvía a concebir, pariría un varón que estaba destinado a destronar a
Zeus, como él había destronado a su padre Cronos y éste lo había con el suyo
Urano. En consecuencia, habiendo instado a Metis, con palabras melosas, a que
se acostara sobre su lecho, Zeus abrió de pronto la boca y se la tragó, este
fue el fin de Metis, aunque él pretendía luego que ella le aconsejara desde
dentro de su vientre, ya que Metis era la Prudencia, el Sabio Consejo, la
Sabiduría.
Al transcurrir el tiempo, Zeus sintió un
furioso dolor de cabeza al dirigirse a las orillas del lago Tritón, hasta el
extremo de que parecía que le iba a estallar el cráneo, y lanzaba tales gritos
de ira que todo el firmamento resonaba con su eco. Corrió a su ayuda Hermes,
quien inmediatamente adivinó la causa del malestar de Zeus y convenció a
Hefesto para que, con su hacha de oro, abriese el cráneo de Zeus. De ella salió
una bellísima mujer de ojos verdosos lanzando un grito de guerra Atenea,
vestida con reluciente armadura. En la cabeza ostentaba un yelmo de oro, en las
manos un escudo y una lanza. Los dioses del Olimpo se irguieron, con sorpresa y
respeto, ante esa diosa con ropas femeninas y armas masculinas y el corazón de
Zeus no cupo en sí de contento, y todo ello lleva a reflexionar en la
conciencia de la razón en lo femenino y la sabiduría en lo masculina, la unión
de los opuestos.
La diosa no reconoció a su madre Metis; de
hecho, Atenea parecía ser inconsciente de tener una madre. Esta diosa fue la
protectora, consejera, patrona y aliada de los héroes, incluso se puso del lado
del patriarcado al emitir el voto decisivo a favor de Orestes, quien había
atado a su madre, Clitemnestra, para vengar el asesinato de su padre, Agamenón.
Apolo habló en defensa de Oreste: alegó que la madre era sólo alimentaba la
semilla plantada por el padre, proclamó el principio de que el varón prevalece
sobre la mujer, y citó como prueba el nacimiento de Atenea, que ni siquiera
había nacido del útero de una mujer. El voto del jurado de los dioses estaba
igualado, cuando Atenea emitió su voto decisivo. Se puso del lado de Apolo,
liberó a Orestes y situó los principios patriarcales por encima de los lazos
maternos.
Como diosa de la sabiduría, Atenea era conocida
por sus estrategias de victoria y sus soluciones prácticas. Como arquetipo, Atenea
es el patrón seguido por las mujeres lógicas, que son gobernadas por sus
cabezas más que por sus corazones. Cuando una mujer reconoce la manera
penetrante en que funciona su mente como una cualidad femenina relacionada con
Atenea, puede desarrollar una imagen positiva de sí misma.
Comparte con Artemisa la predisposición de
enfocarse en lo que es importante, en lugar de enfocarse en las necesidades de
los demás. Y se diferencia de Artemisa y
de Hestia en que es la diosa virgen que busca la compañía de los hombres. En
lugar de separarse o retirarse, disfruta de estar en medio de la acción y del
poder masculino. El elemento de diosa virgen le ayuda a evitar los enredos
emocionales sexuales con los hombres, con los cuales trabaja estrechamente.
Puede ser compañera, colega o confidente de hombres, sin desarrollar
sentimientos eróticos o intimidad emocional.
Referencias
Bolen, J. (2000). Las Diosas de Cada Mujer. Barcelona: Kairós.
Villalobos, M. (2004). A puntadas… Cuaderno de Mitología Griega y Psicología Arquetipal.
Caracas: comala.com
Fotos: Museo Arqueológico de Atenas
ATENEA
AUTOR: Félix
Piñerúa Monasterio
DISEÑO Y MONTAJE ELECTRÓNICO: Trinemily
Gavidia
FOTOGRAFÍA: Félix
Piñerúa Monasterio