martes, 21 de febrero de 2012

Teoría Psicogenética Sobre el Desarrollo I


Fue desarrollada por el psicólogo experimental y biólogo suizo Jean Piaget, quien habla de cuatro etapas del desarrollo cognitivo.
La primera de las cuatro etapas propuesta por Piaget es la Etapa Senso-motor, porque, a falta de función simbólica, el lactante no presenta todavía pensamiento ni afectividad ligada a representaciones que permitan evocar las personas o los objetos ausentes. Esta etapa que va del nacimiento a los dos años de edad, los niños aprenden acerca de ellos mismos y su mundo mediante su actividad sensorial y motora en desarrollo. Los bebés pasan de ser criaturas que responden principalmente a partir de reflejos y conductas aleatorias a ser niños orientados hacia metas. A falta de lenguaje y de función simbólica, las construcciones se efectúan apoyándose exclusivamente en percepciones y movimientos, esto es, mediante una coordinación senso-motora de las acciones, sin que intervengan las representaciones o el pensamiento.
La etapa senso-motora consta de seis subetapas o estadios que fluyen de una a la otra conforme los esquemas del niño, o patrones organizados de conducta, se hacen más elaborados. Durante los primeras cinco estadios los niños aprenden a coordinar la entrada de sus sentidos y a organizar sus actividades en relación con el ambiente. Logran esto mediante los procesos de organización (la tendencia a crear estructuras cognitivas cada vez más complejas que incorpora imágenes cada vez más precisas de la realidad), adaptación (la forma en que los niños manejan nueva información a la luz de lo que ya saben. La adaptación involucra dos pasos: asimilación, que es tomar la nueva información e incorporarla en estructuras cognitivas ya existentes y acomodación que es cambiar las estructuras cognitivas para incluir la nueva información) y equilibrio (el esfuerzo constante por alcanzar un balance estable, rige el paso de la asimilación a la acomodación). Durante la sexta y última subetapa progresan del aprendizaje por ensayo y error al uso de símbolos y conceptos para resolver problemas sencillos.
Gran parte de este crecimiento cognoscitivo temprano se produce mediante reacciones circulares en las cuales el niño aprende a reproducir acontecimientos placenteros o interesantes descubiertos originalmente por azar.
Estadio I (del nacimiento al primer mes) los neonatos empiezan a ejercer algún control sobre sus reflejos innatos.
Estadio II (del primero al cuarto mes) los niños aprenden a repetir una sensación corporal agradable obtenida al principio por azar. Piaget llamó a esto reacción circular primaria. Además, empiezan a girar hacia los sonidos, mostrando la habilidad para coordinar diferentes tipos de información sensorial.
Estadio III (aproximadamente de los 4 a los 8 meses) coincide con un nuevo interés por manipular objetos y aprender acerca de sus propiedades. Los niños practican reacciones circulares secundarias: acciones intencionales repetidas no sólo por sí mismas, como en el estadio II, sino para obtener resultados más allá del cuerpo del niño.
Estadio IV, coordinación de esquemas secundarios (aproximadamente de los 8 a los 12 meses), los niños empiezan a elaborar a partir de los pocos esquemas con que nacieron. Han aprendido a generalizar de la experiencia pasada para resolver nuevos problemas, y pueden distinguir los medios de los fines. Gatearán para obtener algo que desean, lo agarraran, o apartan la berrera interpuesta. Prueban, modifican y coordinan esquemas previos para encontrar uno que funcione. Este estadio marca el desarrollo de la conducta compleja dirigida a metas.
Estadio V (de 12 a 18 meses), los niños comienzan a experimentar con nuevas conductas para ver lo que sucederá. Una vez que empiezan a caminar pueden explorar su ambiente con mayor facilidad. Ahora practican reacciones circulares terciarias, variando una acción para obtener un resultado similar en lugar de un sólo repetir una conducta placentera que han descubierto por accidente. Por primera vez los niños muestran originalidad en la solución de problemas. Por medio del ensayo y error intentan conductas hasta que encuentran la mejor forma de alcanzar una meta.
Estadio VI, combinaciones mentales (de 18 meses a 2 años) es una transición a la etapa preoperacional. Se desarrolla la habilidad de representación –la capacidad para representar en la mente los objetos y eventos de la memoria, principalmente mediante símbolos como palabras, números e imágenes mentales- La capacidad para manipular los símbolos libera a los niños de la experiencia inmediata. Ahora practican la imitación diferida, imitan acciones que ya no ven frente a ellos. Pueden simular. Pueden pensar en acciones antes de realizarlas.
Etapa Preoperacional (de los 2 a los 7 años), recibe este nombre porque los niños todavía no están listos para realizar las operaciones, o manipulaciones, mentales que requiere el pensamiento lógico, aunque representa un salto cualitativo en la forma de pensar porque trae consigo la función simbólica, donde el niño utiliza símbolos para representar objetos, lugares y personas; puede retroceder y avanzar en el tiempo. El uso del símbolo es una marca universal de la cultura humana. Sin símbolos la gente no podría comunicarse verbalmente, hacer cambios, leer mapas, etc.
En esta etapa el niño puede comprender que aunque algunas cosas cambien de forma, tamaño o apariencia, siguen siendo lo mismo, a esto se le conoce como comprensión de las identidades, así el niño toma conciencia. También desarrolla la comprensión de las funciones donde puede establecer la relación entre dos hechos.

De acuerdo a Piaget una de las características principales del pensamiento preoperacional es la centración, que es la tendencia a concentrarse en un aspecto de una situación y descuidar el resto.
También son características de esta etapa la irreversibilidad que consiste en la imposibilidad de pensar que una acción mental puede ir en ambos sentidos. por ejemplo, no puede comprender el concepto de restaurar la situación original al verte un liquido de un recipiente a otro de forma diferente, aun sabiendo que la cantidad de liquido es la misma. El enfoque en una situación, aquí el niño todavía se enfoca en situaciones sucesivas sin enlace, es decir, no puede comprender la transformación de un estado a otro, no comprende el cambio. La acción más que la abstracción, el niño piensa y aprende mediante un despliegue de secuencias de la realidad, tal como lo haría si estuviera actuando realmente. Resultado de ello es su excesivo realismo, que atribuye a los sueños. Y el egocentrismo, donde el niño no puede asumir el papel de otras personas. Esto es causado por la incapacidad para tratar simultáneamente varios aspectos de una situación.


Referencias
Papalia, D., Wendkos, S. y Duskin, R. (2004). Desarrollo Humano. México: Mc Graw Hill.
Piaget, J. e Inhelder, B. (2000). Psicología del Niño. Madrid: Morata.

Dr. Félix Piñerúa Monasterio

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