El concepto de sujeto operatorio sugiere «sujeción» a la realidad que media y «operación» entre y sobre unas y otras realidades (físico-corpóreas, ideas, conceptos, teorías). Porque es el cuerpo como un todo el que se mueve en el mundo (va de aquí para allá, hace esto y lo otro), es decir, el que opera en la realidad, etc., no el cerebro en el cráneo ni la mente pensando y procesando información. Si el sujeto humano se dedicara a pensar o procesar información no llegaría a homo faber.
En una escala evolutiva, sin la conducta de los organismos no se puede entender nada, incluyendo los mismos genes. Aun cuando los genes suponen el programa de vida de los organismos, la conducta es lo que mueve el mundo y así modifica y crea ambientes que pueden seleccionar los genes. Al final, los genes dependen de la conducta de los organismos que los ponen y pongan en juego y por lo demás el juego de la vida es tan contingente como necesario. Unos genes pueden ser seleccionados y otros no según el modo de vida y costumbres de los organismos.
El sujeto operatorio, sin dejar nunca de ser sujeto psicológico, con sus sentimientos, cogniciones, voliciones, es también dadas las circunstancias sujeto lógico, gnoseológico o trascendental, capaz de tratar de formas abstractas con y entre medias ideas generales, conceptos, entidades corpóreas, la materia física, etc. El sujeto operatorio se ofrece como alternativa al cerebro y a la mente. En este sentido el sujeto operatorio es un sujeto trascendental.
Referencia
Pérez, M. (2011). El Mito del Cerebro Creador. Cuerpo, Conducta y Cultura. Madrid: Alianza.
Dr. Félix Piñerúa Monasterio
No hay comentarios:
Publicar un comentario