El cerebro humano está formado de tres cerebros química y físicamente
diferentes y que para cuidarnos a nosotros mismos necesitamos tener acceso a los tres. Uno solo no
es suficiente.
El cerebro más profundo corre por la médula espinal y está
conformado por tres partes: el tallo cerebral,
el sistema reticular activador, que consiste de fibras que suben hacia los
otros cerebros y el ganglio basal
que recubre el tallo cerebral. El sistema cerebral-R también conocido
como el cerebro Reptil (cR). Este es el cerebro del ritmo, el cerebro de la adicción,
el cerebro de la acción, la religión, los valores y, desde un punto de vista jungiano, el cerebro de la
sensación. Un aspecto muy importante de todo esto es que cuando vamos a dormir,
podemos tener acceso al inconsciente
colectivo a través de los sueños, por medio de este cerebro profundo, el cR. Otra
manera de tener acceso a este cerebro es observando el cuerpo, su
comportamiento y sus patrones del
comportamiento junto con los sueños. Construimos rutas, caminos, patrones de vida, rutinas, patrones de
comportamiento. Si le añadimos el arte, la conciencia, la belleza o cualquier otro aspecto exquisito, se
pueden convertir en rituales; y luego si esas rutinas o rituales son puestos en el espacio, se convierten
en nuestras instituciones.
El cerebro Límbico (cL), también llamado el cerebro medio. Su primer órgano y el más grande, es el Tálamo
(todas las señales a la neocorteza pasan por el Talamo) y es el cerebro
emocional. La región septal está asociada con la excitación sexual. No hay
manera de que puedes ser afectado por
un plato de espaguetis o cualquier otra cosa, sin tener excitación sexual. Bajo
los bulbos olfatorios está la nariz, así que
respirar y oler también están asociados con este cerebro. Una de las maneras de
alterar ese dejarse afectar es a
través de la educación de la respiración. Debajo
del Tálamo está el Hipocampo relacionado a la memoria, y los Núcleos
Hipotalámicos, también llamados
en términos populares los “centros de placer y dolor”. Este el aspecto más profundo e importante de este cerebro.
“Yo quiero, yo deseo” es lo que gobierna. Si no obtengo lo que quiero es dolor, si lo obtengo es
placer.
En el cR se
encuentran químicos naturales pero también se encuentran en el cL y los Núcleos
Hipotalámicos. Son tremendamente importantes
para nuestra salud y para nuestros
estados mentales. Existen en un rango de quietud hasta un rango de excitación. Si
vemos las emociones en términos de energía, ellas también se expandirían en un rango desde la
quietud hasta la excitación. Un ejemplo seria que la depresión es realmente un estado en el que la
energía no se mueve. Tú no te mueves… no vale la pena… no puedes… nadie puede. Subiendo a través
de este rango de emociones, la tristeza tiene un poquito más de energía en
ella, la rabia mucha más, la
felicidad es una escala un poco diferente y la excitación tiene mucha energía.
La revisión de estas emociones
como una escala nos va a permitir entrar en ellas y nos va a transformar a cada uno de nosotros, pero tenemos
que dejarnos sentir afectados y entrar en nuestro cerebro emocional que gobierna nuestro camino
a través de los variados estados de ánimo. Pero usualmente no nos permitimos entrar profundo en
este cerebro nuestro.
El Hipocampo está asociado con la
memoria a largo plazo. El sentido común nos
ha dicho que recordamos lo que queremos recordar. Estar motivados es estar
profundamente afectado, estar motivado y ser capaz de ir a través de los
estados de ánimo para quedarse en
ellos y aguantar un rango profundo de vibración dentro de este cerebro, es importante para nuestra salud. Este
cerebro medio, el sistema Límbico, gobierna los órganos de nuestro cuerpo. El
cR gobierna mi columna vertebral y mi parte de atrás. El cL gobierna el interior y mi parte frontal.
La Neocorteza es un sistema
voluntario: yo puedo escoger abrir y cerrar mi mano, ya que el sistema gobierna los músculos. Pero el cL, lo
que llamamos emociones, gobierna mi estado de
constricción o expansión de todos estos órganos de mi cuerpo. Ojo, glándulas,
corazón, hígado, intestinos,
colon y todo lo que es parte del sistema autonómico involuntario. ¡Quizás
“emoción” no es un termino
suficiente para expresar las serias dinámicas que dan acceso a este cerebro y
poder honrar nuestros propios cuerpos! El cL también va directamente no solo al
sistema endocrino y el sistema
hormonal sino también al sistema inmune. Así pues, cuan bien me siento tiene
mucho que ver con mi respuesta
inmune y mi capacidad de crear células blancas y luchar con la enfermedad. Es un placer diario lo que mantiene
alejado al doctor, porque lo que necesitamos para mantenernos bien es serotonina y endorfinas.
El tercer cerebro del sistema del
cerebro triuno consiste de los hemisferios derecho e izquierdo y el Cuerpo Calloso que es un camino de
intercambio que permite que las energías y los procesos de cada hemisferio crucen al otro. Si un
hemisferio es energizado, el otro, y por tanto la totalidad del cerebro se
energiza. El hemisferio derecho es simultáneo. Si tartamudeo y no puedo
terminar la frase, es porque otro proceso
se está sucediendo simultáneamente dentro de mí. Doy un vistazo, veo la idea
total, pero no la puedo enderezar
para que salga secuencial.
El hemisferio izquierdo (pensamiento
lógico-racional) es seguramente la piedra angular de nuestra civilización occidental. Ha creado
nuestra filosofía y nuestra ciencia.
Hay una gran necesidad de otra
inteligencia, otro proceso de pensar que puede ser llamado asociativo, que es una manera en la que el
hemisferio derecho procesa: yo necesito solo un vistazo de ti. Veo que tienes ese bello prendedor en tu
blusa, y me pregunto de donde vendrá. Tengo el vistazo tuyo, y puedo empezar a relacionarme. Podemos empezar a procesar desde un
tipo de pensamiento libre del hemisferio derecho. El Hemisferio Izquierdo
procesa de las partes a la totalidad. Mide el tiempo en pasado, presente y futuro. El Hemisferio Derecho, por
otra parte, es atemporal. Todo está eternamente presente. Necesita ver la
totalidad, un marco, y entonces se permitirá entrar más profundo en las partes.
En este vasto campo de energía un
lente mira hacia fuera y necesita estabilizar el campo, ordenarlo y fijarlo secuencialmente, para que haya
un pasado, presente y futuro. El otro lente ve hacia fuera y dice, “todo a la vez”, “el todo es lo que
tenemos”. Está siempre aquí, en el momento, y el pasado, presente y futuro no tienen mucho sentido para
él.
En pocas palabras, tenemos
un sistema cerebral que controla la columna vertebral llamado el Cerebro Básico, el cerebro medio o Límbico que
controla el frente del cuerpo y los dos lentes de la Neocorteza. En estos dos lentes
tenemos una manera secuencial de pensar en el hemisferio Izquierdo y en el Derecho, otra manera
de pensar visual, la visualización, lo imaginario, las imágenes, hasta llegar a la inteligencia
intuitiva y… yendo todavía a mayores velocidades el psíquico, el que está en éxtasis y muchos otros nombres
y distinciones de este tipo.
El cR es el cerebro de lo establecido, el automatismo y la
respuesta refleja. Muchas creencias actúan de esta forma cuando son
estereotipadas y respondemos a ellas sin ningún análisis de la situación
vivida, aquí los datos son irrelevantes ante las creencias. Ahora bien para que
se responda de esta manera es importante que estas creencias estén cargada de
emoción y eso es función del cL. Pudiendo darnos cuenta aquí que el sistema de
creencias es una acción conjunta del cR y el cL, donde el Hipocampo tiene una
función muy importante para mantenerlas. Mientras esto se mantenga así es
imposible el cambio de creencia, para el cambio es necesitamos la participación
conjunta del cL y la neocorteza, es esta ultima quien resinifica y evita la
disonancia cognitiva, produciendo el cambio de creencia, mismo que es
energetizado y consolidado por el cL para ser ejecutado por el cR al
establecerse el nuevo sistema. De esta forma podemos cambiar una creencia insana
o positiva por una saludable.
Dr. Félix Piñerúa Monasterio