Arquetipos (Archetypus) es una paráfrasis explicativa del έίδος platónico (la idea o forma, que hace ser a las cosas lo que son, la idea es, de por sí, el patrón ejemplar «parádeigma», al que hay que atender para calificar las cosas y las acciones). Esta denominación es útil y precisa pues indica que los contenidos inconscientes colectivos son tipos arcaicos o mejor aún primitivos.
El concepto “arquetipo” sólo indirectamente puede aplicarse a las representaciones colectivas, ya que en verdad designa contenidos psíquicos no sometidos aún a elaboración consciente alguna, y representa entonces un dato psíquico todavía inmediato; los arquetipos aparecen en una forma que por lo general muestra de manera inconfundible el influjo de la elaboración consciente, que juzga y que valora. Su manifestación inmediata, en cambio, tal como se produce en los sueños y visiones, es mucho más individual, incomprensible o ingenua que, por ejemplo, en el mito. El arquetipo representa esencialmente un contenido inconsciente, que al conciencializarse y ser percibido cambia de acuerdo con cada conciencia individual en que surge.
Para Jung los arquetipos pertenecen al patrimonio inalienable de toda psique y constituyen ese “tesoro en el campo de las oscuras representaciones”. El arquetipo en sí forma parte de los más elevados valores del alma humana y ha poblado por ello todos los Olímpicos de todas las religiones.
Bibliografía
Jung, C. (1981). Arquetipos e Inconsciente Colectivo. Barcelona: Paidós.
Dr. Félix Piñerúa Monasterio
El concepto “arquetipo” sólo indirectamente puede aplicarse a las representaciones colectivas, ya que en verdad designa contenidos psíquicos no sometidos aún a elaboración consciente alguna, y representa entonces un dato psíquico todavía inmediato; los arquetipos aparecen en una forma que por lo general muestra de manera inconfundible el influjo de la elaboración consciente, que juzga y que valora. Su manifestación inmediata, en cambio, tal como se produce en los sueños y visiones, es mucho más individual, incomprensible o ingenua que, por ejemplo, en el mito. El arquetipo representa esencialmente un contenido inconsciente, que al conciencializarse y ser percibido cambia de acuerdo con cada conciencia individual en que surge.
Para Jung los arquetipos pertenecen al patrimonio inalienable de toda psique y constituyen ese “tesoro en el campo de las oscuras representaciones”. El arquetipo en sí forma parte de los más elevados valores del alma humana y ha poblado por ello todos los Olímpicos de todas las religiones.
Bibliografía
Jung, C. (1981). Arquetipos e Inconsciente Colectivo. Barcelona: Paidós.
Dr. Félix Piñerúa Monasterio
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