sábado, 2 de enero de 2010

El Origen de las Penas

El ser humano siente una necesidad innata de buscar explicación del porque de sus acontecimientos, ¿en donde se origina la vida?, ¿de donde viene el hombre?, ¿existe dios? ¿Cuál es el origen de las penas? Me gustaría detenerme en esta ultima cuestión y lo primero seria definirla, pero ¿como defino la pena?, es algo tan particular que siente cada uno de nosotros y la pena de uno no es la pena del otro, siendo la propia la mayor de las penas y es tan autentica que toca la ultima fibra de mi ser. ¡Ah, claro!, e aquí un elemento que me permite dar inicio a la definición: es lo que siento o tiene que ver con el sentir. Bueno, siento amor, siento alegría, pero esto no es pena. ¡Umm! tiene que ver con el sentir displacentero, con el sentirnos mal (desolados, tristes, solos, abandonados, traicionados, etc). Entonces si la pena nos causa tanto malestar la solución es no sentir, pues no, porque me gusta sentirme bien, amado, querido, alegre y no quiero renunciar a esto. Es el sentirme mal lo que no me gusta y donde creo esta el origen de las penas. Y si es en el sentirse mal donde esta el origen de las penas, es extirpando este origen maléfico que puedo acabar con este monstruo que nos atrapa y atormenta. Bien he conseguido el origen de las penas y su solución. Caramba, ahora me surgen otras preguntas, ¿porque y cuando me siento mal? Recuerdo tuve una novia que me hizo inmensamente feliz y cuando me dejó la pena fue tan grande que quería morirme, entonces debo renunciar al amor de pareja para no correr el riesgo de ser dejado y sufrir pena. También recuerdo cuando gane el campeonato de judo, me sentí tan orgulloso que la alegría no cabía dentro de mí, y luego me sentí tan mal cuando perdí el titulo, la pena me ahogaba, ¿es que para no sentir pena debo renunciar al esfuerzo, al logro, al éxito a la alegría? Sigo recordando mis momentos de satisfacción y viene a mi memoria mi perro, aquel bello pastor alemán, King, rey, un gran nombre para un gran perro, éramos inseparables, con el me sentía seguro, podía ir a cualquier sitio sin temor a nada, King me protegía. No fue el tiempo suficiente cuando King murió, no quedaron lágrimas en mis ojos ante la pena por la perdida de mi amigo, mi protector. Y continuo recordando mis momentos felices y sí, no puede ser, están seguidos de momentos de pena y entonces será que la pena tiene su origen en la alegría, en el amor. Pero si es así y no quiero sentir pena debo renunciar a todas las cosas buenas de la vida o sentir y aceptar “los momentos”, y ¿Ud. qué cree…?

Dr. Félix Piñerúa Monasterio

5 comentarios:

  1. los budistas hablan de que el origen del sufrimiento esta en el deseo, y para eliminarlo hay que eliminar la parte de uno que desea, y eso no es mas que el SER, dejar de ser para dejar de desear y a su vez dejar de sufrir!

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  2. El sufrimiento, el deseo, el miedo, la alegria, el amor, entre otras muchas emociones y sentimientos son parte del vivir renunciar a alguno de ellos es renunciar a la vida, ya los estoicos intentaron vivir sin emociones y terminaron no viviendo plenamente

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  3. la vida es un viaje en el que nos detenemos a ratos presisamente para sentir, ver conocer, lograr perder, ganar. ya lo dijo usted amigo mio. la vida es sentir y asi como se siente lo bueno se siente lo malo. diria mi hermana que esos enredos retoricos no llevan a ninguna parte. pero reconocer que la gloria y la alegria son madres de las penas y los desamores, es lo que nos amarra a la vida porque sentir es lo maximo y dejar de sentir es dejar de vivir.

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  4. ¿Te ha sucedido que te propones una conducta determinada y sin embargo no consigues hacerlo? Tal vez te propongas dejar de fumar, sabes lo mal que le hace a tu salud, te dices que cuando quieras lo dejas, y sin embargo,¡no lo haces! He conocido y tratado a muchas personas que anhelaron durante años una posición mejor en sus trabajos, y sin embargo, poco antes de ser designados a una responsabilidad mayor, se enfermaron o cambiaron de empresa. En todas estas situaciones hay una desarmonía. Hay un "yo" que quiere hacer una cosa y otro "yo" que desea otra muy distinta. Uno es el consciente y el otro es el inconsciente. Uno quiere dejar de fumar, pero el otro se ha visto siempre con la imagen de fumador y se siente seguro con ello. Uno quiere una mayor responsabilidad en su trabajo, mas el otro tiene miedo de asumirla porque no se siente capaz. En estos conflictos, siempre el subconsciente o el inconsciente son más poderosos que el consciente. El fondo mental siempre gana sobre la consciencia. Para armonizarte, tienes que ponerlos de acuerdo. Envíale mensajes al subconsciente con lo que conscientemente quieres. Repite mentalmente tus propósitos muchas veces al día, confecciona un pequeño cartel o letrero con lo que quieres lograr, involucra a tu familia con tus metas. Todo esto llevará mensajes a tu fondo mental, y cuando tus "yoes" estén de acuerdo, estén armonizados, definitivamente lograrás tus cambios conductuales para siempre.

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  5. Si bien es cierto que el inconsciente guarda una serie de razones que el conciente desconoce, no basta con tratar de reprogramarse con mensajes, hay que ir al origen del problema y es ahi donde esta la verdadera dificultad del proceso psicoterapeutico

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