viernes, 16 de diciembre de 2011

Lo Inconsciente Personal y Colectivo en los Alebrijes




Los sueños y el arte son tal vez las puertas de entradas más directas al inconsciente, tanto personal como colectivo. Así también hay momentos en que estos dos lenguajes se unen o bien en una persona o en un colectivo, dándose en ello historias paralelas, como sucede en el caso de los Alebrijes.
Pedro Linares López, cartonero mexicano, a la edad de 30 años y producto de una enfermedad quedo sumido en un profundo sueño donde entro en contacto con el mundo de lo inconsciente. Sin acceso a médicos que pudieran tratar su enfermedad, sus hermanas, con remedios caseros trataron de hacer que reaccionara sin tener éxito, al final no podían hacer nada más que rezar y encomendarse a los santos por la salud de su hermano. En cama e inconsciente, Pedro soñaba con un lugar extraño e interesante, muy apacible; algo así como un bosque donde había árboles, rocas y animales; podía ver las nubes y el cielo de aquél mágico escenario. Él decía que todo estaba en calma, que no sentía dolor y estaba feliz de estar caminando en ese lugar, pero de repente, las rocas, las nubes y los animales se convirtieron en criaturas extrañas, eran animales que no podía distinguir ya que eran de una naturaleza muy extraña. Don Pedro vio un burro con alas, un gallo con cuernos de toro, un león con cabeza de perro. Todos estos animales gritaban una sola palabra: "Alebrijes", gritaban más y más fuerte: “¡Alebrijes, Alebrijes, Alebrijes!” o si se quiere “¡despierta, despierta, despierta!” en una acción de su inconsciente para sacarlo de su estado de letargo a través de imágenes impactantes que tuvieran este efecto. Existen ciertas experiencias que demuestran los efectos del inconsciente colectivo más claramente que otras. La experiencia de amor a primera vista, el deja vu (el sentimiento de haber estado anteriormente en la misma situación) y el reconocimiento inmediato de ciertos símbolos y significados de algunos mitos, se pueden considerar como una conjunción súbita de la realidad externa e interna del inconsciente colectivo. Otros ejemplos que ilustran con más amplitud la influencia del inconsciente colectivo son las experiencias creativas compartidas por los artistas y músicos del mundo en todos los tiempos, o las experiencias espirituales de la mística de todas las religiones, o los paralelos de los sueños, fantasías, mitologías, cuentos de hadas y la literatura.
Pedro siguió su camino en aquél fantástico sueño y al recorrer un camino de piedras vio a un hombre caminando tranquilamente y le pidió ayuda para salir de aquel lugar. El hombre le dijo que él no debía estar en ese lugar todavía y que tenía que caminar más adelante, a unos cuantos metros había una salida. Así la fuerza y la claridad interior que necesita el ego para tomar una decisión tal, viene producida secretamente por el Gran Hombre que, aparentemente, no desea revelarse con demasiada claridad. Puede ser que el «sí-mismo» desee que el ego elija libremente o puede que el «sí-mismo» dependa de la consciencia humana y de sus decisiones para ayudarle a hacerse manifiesto. Pedro corrió y corrió hasta estar frente a una ventana estrecha, por la cual apenas pudo escabullirse y en ese momento despertó. En medio de su propio velorio se levantó repentinamente, se escuchó una expresión de asombro entre rezos y exclamaciones al verlo reaccionar de lo que parecía su muerte. Después de ese momento y Pedro ya totalmente recuperado, empezó a recordar su sueño y quería que su familia y todas las personas conocieran a esos animales fantásticos.
Así los Alebrijes emergieron del mundo de lo inconsciente, convirtiéndose en una artesanía mexicana inventada en el mundo de lo consciente por el mencionado Don Pedro Linares López en 1936 en México D.F. y quien siguió trabajando en la confección de estos míticos animales hasta un día antes de su muerte, el 26 de Enero de 1992 a la edad de 86 años.

Dr. Félix Piñerúa Monasterio

jueves, 15 de diciembre de 2011

Los Años Venideros – La Senectud


El superar los 50 años implica una serie de cambios físicos, psicológicos y socioculturales relacionados con cambios en todos los órganos, incluyendo el cerebro. Con el paso del tiempo, empieza una serie de modificaciones cognitivas que involucran la memoria, el lenguaje, la percepción y la atención. De igual forma se dan cambios emocionales. Al respecto existe la definición de “envejecimiento exitoso”, referida a personas de edad avanzada que presentan una ejecución apropiada en pruebas cognoscitivas, pero más importante llevan una vida relativamente normal. Por el contrario, quienes presentan una caída acelerada en sus habilidades cognoscitivas llegarán a presentar una demencia de tipo Alzheimer (DTA). De hecho, las diferencias entre el envejecimiento normal y la DTA son más cuantitativas que cualitativas. En esta última, los cambios cognoscitivos ligados al envejecimiento aumentan en términos patológicos.
En relación a la percepción, la agudeza visual y auditiva disminuyen, hipermetropía, cataratas e hipoacusia se hacen presentes. Se han señalado también dificultades en la exploración visual. Hay problemas para integrar la información visual, y se necesita más tiempo para reconocer e integrar estímulos, por lo que la velocidad perceptual se ve disminuida y hay lentificación de las respuestas. El olfato y el gusto no parecen cambiar mucho a través del tiempo, mientras que el tacto después de los 70 presenta una disminución en el reconocimiento táctil formal y en la discriminación de intensidades dolorosas.
Los años venideros se relacionan con una disminución en la capacidad de memoria y aprendizaje. Este deterioro es lento en el envejecimiento normal, pero acelerado en caso de demencia. Uno de los aspectos más sobresaliente es la dificultad para recordar hechos recientes, a pesar de describir con relativa facilidad eventos antiguos.
Con respecto al lenguaje es claro que las funciones lingüísticas se ven poco afectadas. Es común que la memoria semántica se conserve mientras la memoria episódica sufra un mayor deterioro.
Aunque el término “inteligencia” es discutible, podemos decir que la inteligencia cristalizada (es decir, la información general y el vocabulario) que permite expresar conocimientos previamente adquiridos se mantiene, mientras que la inteligencia fluida que nos permite utilizar la información actual para solucionar nuevos problemas se ve disminuida, así el joven aventaja al anciano en aquellas tareas y problemas requieren el uso versátil de la información actual, mientras que el anciano podrá recurrir a la experiencia y conocimientos previos para resolver problemas.
La flexibilidad cognoscitiva y la capacidad de formar conceptos no se deteriora sino a partir de los 70 años, en promedio. Esta capacidad suele asociarse con la función de los lóbulos frontales. Es interesante hacer notar que los ancianos con mayor nivel educativo presentan un mejor rendimiento que sus congéneres con niveles educativos más bajos.
En lo emocional la tendencia a la depresión constituye la alteración afectiva más frecuente. Los estados emocionales pueden afectar el funcionamiento cognoscitivo. Debemos decir que los cambios emocionales negativos están más vinculados a factores socioculturales. Así, por ejemplo, en culturas donde el envejecimiento se relaciona con aspectos positivos, como la adquisición de más experiencia (los sabios de la comunidad), los ancianos son más activos y tiene menos cambios emocionales.
Con la edad se registran cambios en el tamaño del cerebro. Al parecer, el volumen cerebral alcanza su pico máximo hacia los 20 años, para luego iniciar una caída lenta pero gradual. Algunas estructuras cerebrales resultan más afectadas que otras; por ejemplo, hacia los 40 años se ensanchan los surcos y hay dilatación ventricular.
Los déficit en la memoria se relacionan con pérdida de la plasticidad del sistema nervioso, atrofia cortical, arterioesclerosis, etc. En apariencia, las áreas cerebrales más susceptibles al envejecimiento son el hipocampo y los lóbulos frontales; por otro lado, otras áreas de la corteza, como los lóbulos occipitales, permanecen sin cambios. En general, el envejecimiento produce, además de muerte celular, cambios dentro de la célula, y también aparecen placas seniles y husos neurofibrilares. En el proceso de envejecimiento cerebral se reducen también las concentraciones de neurotransmisores tales como la acetilcolina, noradrenalina, serotonina y dopamina.

Referencia
Ardila, A y Rosselli, M. (2011). Neuropsicología Clínica. México: Manual Moderno.

Dr. Félix Piñerúa Monasterio

viernes, 9 de diciembre de 2011

El Hombre como Sujeto Operatorio

El concepto de sujeto operatorio sugiere «sujeción» a la realidad que media y «operación» entre y sobre unas y otras realidades (físico-corpóreas, ideas, conceptos, teorías). Porque es el cuerpo como un todo el que se mueve en el mundo (va de aquí para allá, hace esto y lo otro), es decir, el que opera en la realidad, etc., no el cerebro en el cráneo ni la mente pensando y procesando información. Si el sujeto humano se dedicara a pensar o procesar información no llegaría a homo faber.
En una escala evolutiva, sin la conducta de los organismos no se puede entender nada, incluyendo los mismos genes. Aun cuando los genes suponen el programa de vida de los organismos, la conducta es lo que mueve el mundo y así modifica y crea ambientes que pueden seleccionar los genes. Al final, los genes dependen de la conducta de los organismos que los ponen y pongan en juego y por lo demás el juego de la vida es tan contingente como necesario. Unos genes pueden ser seleccionados y otros no según el modo de vida y costumbres de los organismos.
El sujeto operatorio, sin dejar nunca de ser sujeto psicológico, con sus sentimientos, cogniciones, voliciones, es también dadas las circunstancias sujeto lógico, gnoseológico o trascendental, capaz de tratar de formas abstractas con y entre medias ideas generales, conceptos, entidades corpóreas, la materia física, etc. El sujeto operatorio se ofrece como alternativa al cerebro y a la mente. En este sentido el sujeto operatorio es un sujeto trascendental.

Referencia
Pérez, M. (2011). El Mito del Cerebro Creador. Cuerpo, Conducta y Cultura. Madrid: Alianza.

Dr. Félix Piñerúa Monasterio

martes, 29 de noviembre de 2011

Coconstructivismo Biocultural

El coconstructivismo biocultural puede verse como un caso de una ontología trigenérica cuyos géneros señalados son el cerebro, la conducta y la cultura. Por lo pronto, estas tres entidades responden respectivamente a M1 (cerebro), M2 (conducta) y M3 (cultura). Más importante que esta correspondencia, es la codeterminación mutua (más que meramente interacción) según se entienden las relaciones entre las tres unidades, como destaca su identificación precisamente como coconstructivismo.
La metáfora del coconstructivismo biocultural (cerebro-conducta-cultura) se opone tanto al reduccionismo biologicista como al culturalismo. La postura neurocientifica habría pasado por alto, de acuerdo con Baltes, que el cerebro también es variable dependiente, comoldeada por la conducta y la cultura. Al respecto Baltes y col (2006) dice que el cerebro, la conducta y la cultura constituyen un sistema de influencias recíprocas e interactivas, mecanismos y resultados, con que cada uno es afectado por el otro en el pasado, el presente y el futuro y en cada una de las mayores dimensiones del desarrollo humano -la evolución y la ontogenia.
Tres aspectos de esta perspectiva son de destacar. Uno es el entendimiento y estudio de que el desarrollo ontogenético implica cambios en las condiciones biológicas, conductuales y ambientales, tanto en un nivel molar (por ejemplo, orgánico, conductual, ambiental) como molecular (por ejemplo, genético, neuronal, cognitivo-perceptivo y estimular). Se entiende que la cultura (M3) ejerce influencias momento a momento sobre procesos moleculares a nivel genético, epigenético, neuronal, (M1), a través de actividades cognitivoconductuales, (M2), y de forma reciproca. Quiere decir que las fluctuaciones de la conducta y el ambiente tienen un reflejo en el cerebro y otros sistemas del organismo más o menos dependientes del cerebro (por ejemplo, el sistema cardiovascular, el digestivo y el inmunológico).
Otro aspecto de esta perspectiva se interesa en el concepto de «niveles de análisis» y diferentes formas de herencia: genética, epigenética, conductual y simbólica, de acuerdo con la evolución en cuatro dimensiones planteada por Eva Jablonka y Marion Lamb. Donde cada una de estas formas de herencia puede proporcionar variaciones sobre las que actúa la selección natural y algunas de ellas surgen en respuesta a condiciones evolutivas consistentes en cambios ambientales y formas de vida debidas a las conductas de los organismos.
Un tercer aspecto a señalar es la plasticidad cerebral, conforme el desarrollo del cerebro depende del aprendizaje y la experiencia. El coconstructivismo biocultural distingue tres tipo de plasticidad: neurobiológica (genético-neuronal-corporal), cognitivoconductual y sociocultural, todas ellas interrelacionadas a lo largo de la vida.

Referencia
Pérez, M. (2011). El Mito del Cerebro Creador. Cuerpo, conducta y cultura. Madrid: Alianza.

Dr. Félix Piñerúa Monasterio

miércoles, 23 de noviembre de 2011

La Psique y el Alma en los Antiguos Griegos

El término psyché, o psique en castellano, es muy antiguo, ya Homero (siglo VIII a.C.) habla de psyché solamente en los momentos en los que el hombre pierde el sentido o está a punto de morir, y, en particular, cuando pasa a la otra vida. El alma homérica sale de la boca con el último suspiro, o bien de la herida mortal del cuerpo, y se va volando al Hades, donde permanece como imagen o como sombra vana del difunto en estado de inconsciencia. Homero considera como verdadero hombre justamente el cuerpo del hombre, en contraposición a una psyché que es su sombra.
En la doctrina órfica, siglo VI a.C., la psyché es un demon que se esconde en el hombre y que ha caído en el cuerpo para expiar una culpa. El alma, en cuanto es precisamente de origen divino, no sólo preexiste sino que sobrevive al cuerpo, y sr distingue del mismo como algo totalmente diferente. De este modo, nace la contraposición de alma y cuerpo que da a la vida un significado totalmente distinto del que expresaban los poemas homéricos. En efecto, el alma de los órficos sigue aún totalmente separada de la inteligencia y de la consciencia, y, en cierto aspecto, en antítesis con ellas.
Los presocráticos (siglo VII a.C., hasta las últimas manifestaciones del pensamiento griego no influidas por el pensamiento de Sócrates) asociaron de varias maneras el alma con el principio eterno del cual derivan todas las cosas y, por tanto, también con la inteligencia.
Heráclito (535 - 484 a.C.) llama al alma del hombre vivo psyché; para él el hombre consta de alma y cuerpo, y el alma posee cualidades que se distinguen fundamentalmente de las del cuerpo y de los órganos corpóreos, queriendo expresar que el alma en contraposición al cuerpo, es algo ilimitado.
Sócrates (470 – 399 a.C.), en relación a sus predecesores, adquiere consciencia precisa y clara de que el alma es la actividad inteligente y moral del hombre, e invierte así no sólo la visión homérica, sino también la de los órficos, que consideraban que el alma manifiesta su actividad precisamente cuando lo que llamaríamos el yo “normal” de la vigilia está en suspenso –en sueños, visiones, trances. Es con Sócrates que tiene lugar la revolución del significado del término psiché, y tal revolución se impuso de manera decisiva precisamente por influencia suya: el hombre es su alma, y la tarea suprema del hombre consiste en el cuido del alma. Así la palabra griega psiché, pasó a significar “espíritu pensante”, capaz de tomar decisiones en el plano moral y también de alcanzar el conocimiento científico.
A partir de Platón (427 – 347 a.C.) el alma debe considerarse como una fuerza capaz de pensar y de actuar de manera autónoma. Ello supone la aceptación de una premisa: la de que existe un “yo”, un “alma”, una consciencia que a sí misma se gobierna y que en sí misma halla los motivos de sus propios actos, sin necesidad de acudir a la imitación de la experiencia poética.
Para Aristóteles (384 – 322 a.C.) la vida es automovimiento, y por consiguiente el alma será también esencialmente automovimiento. Sin embargo, su movimiento está causado y determinado por el ambiente circundante que le ofrece el alimento y con ello le hace posible el respirar, el crecer, no menos que el percibir sensorialmente y el apetecer, mediante todo lo cual se realiza el movimiento local de todo lo viviente. Así tenemos la entelequia que significa para Aristóteles tanto como lo acabado, lo completo, lo que ha alcanzado su meta y fin. Y esto ocurre cuando se da una realidad de tal modo constituida que corresponde a la idea que le prefija un fin. Alma, pues, significa la idea y el todo, el sentido y el finalismo de un cuerpo viviente, es decir, todo en él se da en razón del todo, se subordina a un fin como un instrumento, con lo que se nos aclara el primitivo sentido del concepto de orgánico.

Referencias
Hirschberger, J. (1997). Historia de la Filosofía. Tomo I. Barcelona: Herder.
Reale, G. (2002). Platón. En Búsqueda de la Sabiduría Secreta. Barcelona: Herder.

Dr. Félix Piñerúa Monasterio[

miércoles, 5 de octubre de 2011

Degeneración Neurofibrilar



Consiste en la acumulación intraneuronal de un material filamentoso que se extiende en forma de haz por la dendrita apical (dendrita más larga y central), en las neuronas piramidales, y en forma de ovillos (neurofibrillary tangles), en las neuronas multipolares.
Una neurona multipolar es un tipo de neurona que posee un axón y muchas dendritas, lo que permite la integración de gran cantidad de información desde otras neuronas. Estas prolongaciones dendríticas también pueden emerger desde el cuerpo neuronal. Las neuronas multipolares constituyen la mayoría de las neuronas del cerebro e incluyen neuronas motoras e interneuronas.
Existen dos tipos de neuronas multipolares. Golgi I, que tienen un axón muy largo (neuronas piramidales) y Golgi II, que tiene un axón corto que se extiende localmente, como las células granulares.

Bibliografía
Mohamad, H. Villasmil, S. y Espinoza, J. (2011). La Enfermedad de Alzheimer. México: Trillas.

Dr. Félix Piñerúa Monasterio

domingo, 18 de septiembre de 2011

Síndrome de Hakim y Adams o Hidrocefalia de Presión Normal (NPH)




Es una forma de hidrocefalia de aparición gradual y progresiva en la que hay un aumento de la presión intracraneal (PIC), debido a una acumulación anormal de líquido cefalorraquídeo (LCR) en los ventrículos del cerebro, que puede causar ventriculomegalis. La PIC disminuye gradualmente, pero aún mantiene un nivel ligeramente elevado y la presión del LCR alcanza un alto nivel normal de 150 a 200 mm de H 2 O, lo que resulta de la incapacidad de las granulaciones aracnoideas de absorber el LCR. Debido a este equilibrio, los pacientes no presentan los signos clásicos que acompañan al aumento de la presión intracraneal, como dolor de cabeza, náuseas, vómito o conciencia alterada (Aunque algunos estudios han mostrado elevaciones de la presión que se producen de forma intermitente). Sin embargo, los ventrículos de cerebro se agrandan para acomodar el volumen de LCR, ejercen mayor presión sobre el tejido cortical adyacente y se acompaña de atrofia cerebral debido a la compresión por el lleno de líquido ventricular causando efectos en el paciente. Se caracteriza por alteración de la marcha (Suele ser el síntoma inicial, puede ser progresivo, debido a la expansión del sistema ventricular, en particular a nivel de los ventrículos laterales, lo que lleva a la tracción de las fibras motoras cortico-espinal descendente a la médula espinal lumbosacra. La alteración de la marcha puede ser clasificada como leve -andar cauteloso o la dificultad para la marcha en tándem-, marcado -dificultad para caminar o andar inestable evidente considerable- o grave -andar sin ayuda, no es posible-. En las primeras etapas este trastorno de la marcha se produce en forma de inestabilidad y pérdida de equilibrio, especialmente cuando se enfrentan a las escaleras y bordillos. Debilidad y cansancio de las piernas también pueden ser parte de la queja, aunque el examen no revela paresia o ataxia. La marcha del paciente en la etapa marcada a menudo muestra una disminución en la altura de paso y mayor espacio de piso, así como una disminución en la velocidad al caminar. Este estilo se refiere a menudo como un modo de andar magnética, en el que los pies parecen estar pegados a la superficie para caminar, y se considera la alteración de la marcha característica de la NPH. La marcha puede comenzar a imitar una marcha parkinsoniana, con pasos cortos y arrastrando los pies y se inclinó, la postura inclinada hacia delante, pero no hay rigidez o temblor. Una mayor tendencia a caer hacia atrás se observa también, y una marcha de base amplia puede ser empleado por el paciente a fin de aumentar su base de apoyo y por lo tanto su estabilidad. En las últimas etapas, el paciente puede pasar de una incapacidad para caminar, a la incapacidad de pararse, sentarse, levantarse de una silla o de vuelta en la cama, lo avanzado que se conoce como "hidrocefalia astasia-abasia"), problemas cognitivos (Se presenta en forma de apatía, falta de memoria, inercia, falta de atención, disminución de la velocidad de la procesión de información compleja y la manipulación de trastornos de los conocimientos adquiridos, lo cual es reflejo de la pérdida de la integridad de la frontal lóbulos. Problemas con la memoria suelen ser un componente del problema global y que han sido predominante en algunos casos, lo que puede conducir al diagnóstico erróneo de enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, en NPH puede haber una discrepancia obvia entre recuerdan con discapacidad y el reconocimiento intacta o mucho menos afectada. La demencia se considera que el resultado de la tracción en las fibras frontales y límbicas que también se ejecutan en la región periventricular) e incontinencia de esfínteres (aparece al final de la enfermedad), fue descrita por Hakim y Adams en 1965. El NPH es a menudo mal diagnosticado como enfermedad de Parkinson, Alzheimer o demencia, debido a su carácter crónico y síntomas no específicos que se presentan. Aunque el mecanismo exacto se desconoce, se cree que es una forma de hidrocefalia comunicante con el deterioro de la reabsorción de LCR en las granulaciones aracnoideas. El diagnóstico se realiza mediante una punción lumbar para extraer líquido cefalorraquídeo y mirando a ver si alguno de los síntomas mejoren. Representa el ± 5% de todos los Etiología demencias idiopática.

Hay dos tipos de hidrocefalia de presión normal: idiopática y secundaria. El término idiopático significa que no tiene causa conocida. El tipo secundario de NPH puede ser debido a una hemorragia subaracnoidea, traumatismos craneoencefálicos, tumores, infecciones del SNC, o una complicación de la cirugía craneal.

El término presión normal no es adecuado dado que algunos pacientes a los que se ha sometido a una monitorización de la presión intracraneal demuestran elevaciones de la presión intermitentes, a menudo durante la noche. La alteración de la marcha puede confundirse con la de la enfermedad de Parkinson y dado que a las edades que habitualmente se manifiesta pueden presentarse alteraciones de la señal sugestivas de isquemia cerebral, puede ser difícil decidirse por la etiología del cuadro ya que el diagnóstico diferencial más importante es la encefalopatía arteriosclerótica subcortical (SAE).

El diagnóstico descansa sobre la clínica con la confirmación radiológica. Tras el entusiasmo inicial al encontrar una posible causa de demencia reversible continúan las dudas sobre la entidad y la mejor forma de tratarla y en la mayoría de los centros ha descendido el número de intervenciones que se realizan por este motivo. Probablemente se ha sobrediagnosticado en pacientes con el hallazgo de una dilatación ventricular -hidrocefalia comunicante- en la radiología con una clínica poco clara, con indicaciones de válvula de derivación y todas sus complicaciones poco fundamentadas.

La TAC y RMN demuestran una dilatación ventricular con las astas temporales agrandadas y una atrofia cortical menor de la esperada tal como ocurre en los casos de hidrocefalia ex vacuo debida a enfermedad degenerativa. Otro hallazgo útil en la RMN es el de signos de reabsorción transependimaria en las regiones periventriculares frontales y occipitales.

Los últimos estudios poblacionales han estimado que la prevalencia de la NPH en alrededor de 0,5% en los mayores de 65 años de edad, con una incidencia de alrededor de 5,5 pacientes por cada 100.000 personas por año. Esto está de acuerdo con resultados comparables afirmando que a pesar de la hidrocefalia de presión normal puede ocurrir tanto en hombres como mujeres de cualquier edad, se encuentra con más frecuencia en la población anciana, con un pico de aparición por lo general en la sexta a la séptima décadas.

La mejoría de la clínica tras una punción lumbar evacuadora es poco específica, sensible y no se encuentra estandarizada, aunque se suele utilizar en los protocolos previos de derivación a las unidades de neurocirugía especializadas. La NPH puede ser aliviada con la implantación quirúrgica de un ventrículo de derivación para drenar el exceso de líquido cefalorraquídeo en el abdomen, donde es absorbido. Una vez que la derivación está en su lugar, los ventrículos normalmente disminuyen de tamaño en 3 a 4 días, independientemente de la duración de la hidrocefalia. A pesar de que la hinchazón disminuye ventricular, sólo el 21% de los pacientes muestra una marcada mejoría en los síntomas. Los pacientes más propensos a mostrar una mejora son aquellas que sólo muestran alteraciones de la marcha, incontinencia leve o no, y la demencia leve. La tasa de complicaciones de la válvula derivación es significativa tanto por el desarrollo de hematomas subdural como de infecciones que obligan a múltiples reintervenciones.

Referencia
Ardila, A y Rosselli, M. (2011). Neuropsicología Clínica. México: Manual Moderno.

Dr. Félix Piñerúa Monasterio

lunes, 1 de agosto de 2011

Áreas de Brodmann















Área Auditiva (41 y 42).
Área Psicoauditiva (22).
Los sonidos del habla son analizados por el lóbulo temporal izquierdo. Las diferencias tonales (por ejemplo, la escala musical) son analizadas por el lóbulo temporal derecho.
El lenguaje está relacionado con el giro temporal superior y lateralizado al lado izquierdo (dominante). La información procesada en el giro temporal anterosuperior se proyecta a la corteza prefrontal orbital. Las pausas durante el habla, utilizadas para la planeación de ésta y la recuperación de las palabras, se asociaron con la activación del surco temporal superior (BA 22 y 39).
La fisura lateral izquierda es mayor en esquizofrénicos que en individuos normales, y el temporal plano se reduce de volumen en esta población. La esquizofrenia se asocia con la disminución de la simetría normal izquierda-derecha en el plano temporal y con revocación de la simetría normal de izquierda-derecha.

Áreas Somestésicas o Áreas de la Sensibilidad General (1, 2 y 3).
Área Motora Voluntaria (4).

Área Psicosomestésica o Área sensitiva Secundaria (5 y 7). Las lesiones en el lóbulo parietal superior pueden producir disfasia y agnosia. El individuo disfásico habla lentamente comete muchos errores gramaticales, y puede ser considerado como no cooperativo o confundido. Una lesión que bordee el giro postcentral suele producir agnosia táctil, en la cual la persona no puede recordar el nombre de un objeto sólo al contacto. Un individuo con astereoagnosia es incapaz de nombrar (con los ojos cerrados) un objeto familiar sostenido con la mano con base en el peso y en las características tridimensionales. Un número o letra escritos en la piel del paciente no puede ser reconocido por el tacto después de una lesión en el lóbulo parietal superior (agrafestesia).
Las lesiones en el lóbulo parietal no dominante puede resultar en falta de apreciación de los aspectos espaciales del lado opuesto del cuerpo (síndrome de desantención sensorial). La persona no reconoce el lado opuesto de su cuerpo y no desea vestirlo (apraxia en el vestir). El paciente a menudo no está consciente del déficit (anosognosia). También puede verse astereognosia después de una lesión del lado dominante. La estimulación vestibular puede mejorar temporalmente una serie de elementos de la desatención sensorial incluyendo la anosognosia para la hemiplejia izquierda.
Una lesión en el área parietal posterior no dominante suele producir confusión que involucra la localización en el espacio. El paciente puede estar confundido acerca de su localización actual, pero al mismo tiempo no estar preocupado. La persona puede perder el concepto de la relación espacial entre objetos con excepción de objetos localizados en su espacio extrapersonal inmediato,
El compromiso bilateral del lóbulo parietal superior puede resultar en la incapacidad de ver objetos en movimiento (agnosia de movimiento). Sin embargo, la visión para objetos estacionarios permanece normal. Una lesión que bordee los lóbulos parietales superiores e inferiores, a menudo involucrado el giro supramarginal, puede eliminar el contenido emocional del dolor.

Área Motora Suplementaria o Premotora (6).
Área Prefrontal o de Asociación Terciaria (9, 10, 11 y 12).

Área Visual (17). Una lesión en esta área la persona es incapaz de ver, pero puede tener "vista ciega", es decir, retener el sentido de la presencia de un objeto cercano pero sin verlo.

Área Psicovisual (18 y 19). lesiones al lado derecho de estas áreas producen alucinaciones complejas. Una lesión bilateral completa de todas las cortezas visuales, que puede resultar de la oclusión de ambas arterias cerebrales posteriores, suele producir negación de la ceguera (Síndrome de Anton).
La agnosia visual ocurre a veces después de lesiones en el lóbulo occipital ventromedial. Los objetos pueden verse pero no ser nombrados, y el paciente no sabe para qué usar el objeto. La capacidad de no reconocer de personas conocidas (prosopagnosia) puede seguir después de lesiones bilaterales del lóbulo occipital ventromedial que se extiende al lóbulo temporal ventral. Las lesiones restringidas a la BA 19 resultan en la pérdida colores (acromatopsia), dejando la detección de formas relativamente intactas.
El síndrome de Charles Bonnet (CBS) se caracteriza por alucinaciones visuales después de la pérdida de la visión debido a cataratas, glaucoma o degeneración relacionada con el envejecimiento. Las alucinaciones pueden ser simples o complejas y se experimentan como divertidas o a veces perturbadoras, pero no son eventos cargados emocionalmente.

Área del Esquema Corporal (39 y 40). El lóbulo parietal inferior integra las sensaciones del tacto y la propiocepción con la visión e integra la información que representan estos sentidos a fin de determinar la identidad de un blanco.
El recordar y el saber (percepción de que la información procesada es del pasado) activa una región del área intraparietal izquierda que incluye las BA 39 y 40. El recordar también activa el giro fusiforme anterior bilateral que procesa la información visual relacionada con objetos. El lóbulo inferior derecho juega un papel importante cuando el yo toma la perspectiva de otros.
Las lesiones en el lóbulo parietal inferior dominante (BA 40) produce apraxia sensorial en la que el sujeto puede ser capaz de efectuar un acto de una serie de actos relacionados, como encender un cerillo, pero incapaz de terminar la serie a fin de localizar y encender un cigarrillo (apraxia ideacional). La persona suele terminar algunos actos espontáneamente (cruzar los brazos) pero es incapaz de realizar lo mismo al serle solicitado por el examinador (apraxia ideomotora). Los pacientes con lesiones del lóbulo parietal inferior son capaces de participar en la planeación a largo plazo.
Una lesión que involucre al giro angular (BA 39) puede producir parte o todo el síndrome de Gerstmann: Confusión izquierda-derecha. Agnosia de los dedos (dificultad para nombrar los dedos). Disgrafia. Discalculia.
Una lesión que involucre al lóbulo parietal inferior no dominante puede producir déficit para procesar el componente no sintáctico del lenguaje (aprosodia).
El daño bilateral del lóbulo parietal inferior posterior, incluyendo a menudo la corteza occipital adyacente, puede producir el síndrome de Balint: Apraxia óptica (los ojos tienden a permanecer fijos a un blanco visual). Ataxia óptica. Simultanagnosia (ver sólo los componentes de un objeto visual; incapaz de ver el objeto como un todo).

Área del Gusto (43).
Área de Broca (44 y 45).
Área Límbica (23, 24, 29, 30, 35, 28).

Referencia
Clark, D., Boutros, N. y Méndez, M. (2010). El Cerebro y la Conducta. México: Manual Moderno.

Dr. Félix Piñerúa Monasterio

jueves, 28 de julio de 2011

Afasia de Wernicke









Es un síndrome que se produce por lesión de áreas temporo-parietales (área de Wernicke -22, 39 y 40-) que se caracteriza por presentar un habla fluido con alteraciones de la comprensión y completamente desprovista de sentido; agregan palabras innecesarias y neologismos y cambian unas palabras por otras (parafrasis).
La prosodia en estas personas es normal y adecuada a las situaciones comunicativas (saludo, pregunta, solicitud, etc.) de manera que, si un oyente no presta mucha atención al contenido del discurso, le “suena” como normal.
La fluencia de estos pacientes es normal, pero en ocasiones, sobre todo en la etapa aguda del comienzo de la enfermedad la fluencia es exagerada, hay una compulsión por hablar sin parar a la que se denomina logorrea.


Dr. Félix Piñerúa Monasterio

viernes, 22 de julio de 2011

Afasia de Broca Aportes Neuropsicoanáliticos







Cuando una persona sufre daños en el área de Broca presenta una relativa normalidad a pesar de una deficiencia neurocognitiva significativa y física (pérdida de la capacidad de expresarse a sí mismo a través del lenguaje y pérdida parálisis del lado derecho), así el paciente no sufre ningún cambio dramático en personalidad, motivación o emoción.
No todos los pacientes con “daño cerebral” son iguales. Algunos de estos pacientes, a pesar del hecho de que han experimentado daño considerable al cerebro, daño que ha impedido seriamente sus funciones motoras, perceptivas y cognitivas, no obstante conservan funciones esencialmente normales del yo (y del superyó). Otros pacientes, con grados equivalentes de daño en otras partes del cerebro, sufren cambios radicales de personalidad y clínicamente presentan cambios emocionales y de motivación extremamente anormales. Lo que determina estas grandes diferencias es un único factor: la localización del daño neurológico. Esto señala un hecho fundamental acerca de la neuropsicología: las diferentes partes del cerebro sirven a diferentes funciones mentales.
Los pacientes con afasia de Broca muestran una sorprendente integridad de las funciones del yo. Estan plenamente consciente de las dificultades que tienen al comunicarse, y usualmente no ahorró esfuerzo para sobreponerse a estas dificultades. Vigilando constantemente las expresiones faciales y respuestas verbales de su terapeuta para comprobar su comprensión o falta de ella.
Presentan una inteligencia implícita, excelentes habilidades para resolver problemas, un alto grado de conciencia de sí mismo, agilidad mental, flexibilidad, una gran variedad de emociones.
La recuperación neurológica generalmente significa un avance en la recuperación de la auto-estima, lo que permite elaborar el duelo por la pérdida de la vida anterior.
El duelo normal no es posible en ausencia de las funciones de un yo y un superyó normales. Esto apunta a que las funciones de yo y superyó estan en esencia intactas. En estos pacientes su yo realiza sus tareas básicas –a saber, la mediación entre sus deseos (el id) y sus ideales (superyó) por una parte y la realidad externa por la otra- de manera más adecuada.
El hecho mencionado es muy importante, en vista de la tendencia general en el psicoanálisis de igualar las funciones del yo con el pensamiento mediado verbalmente. Está ecuación convencional de las funciones del yo con actividades mentales mediadas verbalmente es, no obstante, errónea. Está basada en el hecho de no apreciar que Freud incluyó ambos sistemas el preconsciente (Pcs) y el inconsciente (Ics) en lo que posteriormente llamó, a partir de 1923, el yo.
Así como el yo con frecuencia ha sido aunado con el dominio funcional de las “presentaciones de palabras” en la literatura psicoanalítica, también los sistemas Pcs e Ics con frecuencia han sido igualados (erróneamente) con las funciones simeticas de los hemisferios izquierdos y derechos, respectivamente.
La “palabra” es producida por un sistema funcional complejo, con una variedad de partes componentes, vinculadas (entre otras cosas) a las cuatro modalidades primarias del lenguaje: visual, auditiva, cinestetica y motora. Cada uno de estos elementos primarios tiene una representación significativa diferente. El área de Broca que fue el área afectada, está asociada primordialmente con el elemento motor del lenguaje, y solo indirectamente con los otros tres elementos.
Entonces, el aspecto motor de la palabra y, por lo tanto, el componente motor del aparato del habla –el área de Broca- se hallan en la periferia sensoriomotora del yo. Es poco más que un canal de salida para el complejo mecanismo del yo; su papel en el pensamiento verbal es superfluo. Cuando el yo es privado de este canal de comunicación con el mundo exterior, sus mecanismos internos (y por lo tanto el yo mismo) queda fundamentalmente intacto, simplemente puede utilizar otros componentes alternativos.

Bibliografía
Kaplan-Solms, K y Solms, M. (2005). Estudios Clínicos en Neuropsicoanálisis. Bogotá: Fondo de Cultura Económica.

Dr. Félix Piñerúa Monasterio

miércoles, 13 de julio de 2011

Afasia de Broca








La afasia de Broca es producida por daño en los lóbulos frontal inferior y anterior temporales del cerebro y se caracteriza por un lenguaje expresivo no fluido, pobremente articulado, compuesto por expresiones cortas y agramaticales y producidas con gran esfuerzo. El lenguaje expresivo está compuesto básicamente por sustantivos, con una marcada deficiencia o ausencia de estructura sintáctica y afijos (agramatismo).
El nivel de comprensión del lenguaje es siempre superior a la producción verbal, aunque nunca normal, especialmente con relación a la comprensión gramatical. Los pacientes con afasia de Broca fácilmente identifican objetos o partes del cuerpo, pero si se les pide que señalen múltiples objetos o partes del cuerpo en un orden determinado, sólo logran realizarlo hasta un nivel de unas dos o tres palabras. Igualmente, presentan fallas notorias en la comprensión de las estructuras gramaticales del lenguaje. Sin embargo, el déficit en la producción gramatical es más severo que su defecto en la comprensión.
La repetición es inadecuada, con presencia de desviaciones fonéticas y parafasias fonológicas, simplificaciones de los conjuntos silábicos e iteraciones. A pesar de esta dificultad, el lenguaje repetitivo puede ser superior al lenguaje espontáneo. Es interesante observar que existe un defecto selectivo en la repetición de estructuras gramaticales, ausentes igualmente en su lenguaje espontáneo. Así por ejemplo cuando al paciente se le pide que repita "el niño camina por la calle" puede repetir solamente "niño camina calle" omitiendo los elementos con una función puramente gramatical. En ocasiones, sólo logra repetir los elementos nominativos.

Bibliografía
Ardila, A. (1982). Psicofisiologia de los Procesos Complejos. México: Trillas

Dr. Félix Piñerúa Monasterio

Arquetipos



Arquetipos (Archetypus) es una paráfrasis explicativa del έίδος platónico (la idea o forma, que hace ser a las cosas lo que son, la idea es, de por sí, el patrón ejemplar «parádeigma», al que hay que atender para calificar las cosas y las acciones). Esta denominación es útil y precisa pues indica que los contenidos inconscientes colectivos son tipos arcaicos o mejor aún primitivos.
El concepto “arquetipo” sólo indirectamente puede aplicarse a las representaciones colectivas, ya que en verdad designa contenidos psíquicos no sometidos aún a elaboración consciente alguna, y representa entonces un dato psíquico todavía inmediato; los arquetipos aparecen en una forma que por lo general muestra de manera inconfundible el influjo de la elaboración consciente, que juzga y que valora. Su manifestación inmediata, en cambio, tal como se produce en los sueños y visiones, es mucho más individual, incomprensible o ingenua que, por ejemplo, en el mito. El arquetipo representa esencialmente un contenido inconsciente, que al conciencializarse y ser percibido cambia de acuerdo con cada conciencia individual en que surge.
Para Jung los arquetipos pertenecen al patrimonio inalienable de toda psique y constituyen ese “tesoro en el campo de las oscuras representaciones”. El arquetipo en sí forma parte de los más elevados valores del alma humana y ha poblado por ello todos los Olímpicos de todas las religiones.

Bibliografía
Jung, C. (1981). Arquetipos e Inconsciente Colectivo. Barcelona: Paidós.

Dr. Félix Piñerúa Monasterio

viernes, 8 de julio de 2011

Neuronas Espejo



Las neuronas son un tipo de células del sistema nervioso cuya principal característica es la excitabilidad eléctrica de su membrana plasmática y están especializadas en la recepción de estímulos y conducción del impulso nervioso entre ellas o con otros tipos celulares. Las neuronas presentan unas características morfológicas típicas que sustentan sus funciones: un cuerpo celular llamado soma o «pericarion», central; una o varias prolongaciones cortas que generalmente transmiten impulsos hacia el soma celular, denominadas dendritas; y una prolongación larga, denominada axón o «cilindroeje», que conduce los impulsos desde el soma hacia otra neurona u órgano diana. Así también existen un tipo de neuronas especializadas que se denominan neuronas espejo o especulares (MNS, mirror neuron system) cuya característica principal es que se activan cuando un animal o persona desarrolla la misma actividad que está observando ejecutar por otro individuo, especialmente un congénere.
Las neuronas espejo del individuo imitan como "reflejando" la acción de otro: así, el observador está él mismo realizando la acción del observado, de allí su nombre de "espejo". Tales neuronas habían sido observadas en primer lugar en primates (macacos) y luego se encontraron en humanos. En el ser humano se las encuentra en la circunvolución frontal inferior, cerca del área de Broca y en la corteza parietal. Se supone que estas neuronas desempeñan un importante rol dentro de las capacidades cognitivas ligadas a la vida social, tales como la empatía (capacidad de ponerse en el lugar de otro) y la imitación. También las relacionan con las habilidades de lenguaje, la comprensión de objetivos e intenciones y se ha sugerido que las disfunciones del sistema espejo podrían ser la causa subyacente de algunos desórdenes cognitivos, tales como el autismo.

Dr. Félix Piñerúa Monasterio

lunes, 4 de julio de 2011

Las Neurociencias

Las Neurociencias estudian la estructura y la función química, farmacológica y patología del sistema nervioso y de cómo los diferentes elementos del sistema nervioso interaccionan y dan origen a la conducta. Hoy las neurociencias se combinan con la psicología para crear la Neurociencia Cognitiva, misma que proporciona una nueva manera de entender el cerebro y la conciencia, pues se basa en un estudio científico que une disciplinas tales como la neurobiología, la psicobiología o la psicología cognitiva.
Todo lo que somos como personas, nuestra vida y comportamiento, dependen de las redes neurales: del sistema de los sentidos y de los diferentes módulos cerebrales, del paleo cortex y neo cortex, que actuando como sistema integrado, producen todas las funciones psíquicas.
La investigación sobre los correlatos neurales de las conductas y de las emociones es un campo de investigación en desarrollo, que se acerca también al campo de la Neurociencia Cognitiva Social. De hecho, R. Adolphs considera que la neurociencia ofrece una vía de conciliación entre las aproximaciones biológicas y psicológicas al comportamiento social. La cognición social, desde esta perspectiva neurocientífica, se define como la capacidad para construir representaciones de las relaciones entre uno mismo y los otros, y para usar estas representaciones de modo flexible para guiar el comportamiento social.
La Teoría de la Mente (ToM, theory of mind) o “mentalización” se refiere a los correlatos neurales de la capacidad de explicar y predecir el comportamiento de otras personas, atribuyéndoles estados mentales independientes. Los estudios de neuroimagen han ido mostrando la existencia de un sistema neural distribuido que subyace a ToM. Dicho sistema implica varias áreas cerebrales: principalmente el surco temporal superior –que sería responsable de la detección del agente que actúa y de los estímulos provenientes del movimiento biológico de otra persona—, los polos temporales –que están asociados con procesos mnemónicos, aportando un contexto semántico y episódico a los estímulos que se están procesando— y la corteza prefrontal medial –que analiza los estímulos y produce una representación de los estados mentales propios y ajenos—. De modo menos importante también parecen estar implicadas la amígdala y la corteza órbitofrontal.
Todas estas investigaciones neurocientíficas dan lugar a otro frente de reflexión de enorme importancia por sus implicaciones filosóficas: cómo se alteran conceptos tales como la voluntad, la libertad o la identidad, al encontrar los sustratos neurales de nuestras conductas e incluso de nuestros pensamientos.
Esta cuestión remite a la clásica discusión sobre mente-cerebro, si bien con un planteamiento basado en las neurociencias, que aporta una luz novedosa y que nos obliga a matizar muchas afirmaciones hechas en el pasado. El riesgo de un cierto determinismo reduccionista en la explicación del ser humano, por un excesivo apego a los datos científicos, está en la mente de muchos.
Será necesario, y cada vez más, analizar las implicaciones que tiene el hecho de que la neuroimagen, más que cualquier otra técnica de investigación cerebral, indique, como afirma M.J. Farah, que «importantes aspectos de nuestra individualidad, incluyendo algunos de los rasgos psicológicos que nos importan a la mayoría como personas, tienen correlatos físicos en la función cerebral.»

Dr. Félix Piñerúa Monasterio

jueves, 30 de junio de 2011

Neurotransmisores y Autismo

La estructura cerebral y el flujo sanguíneo no son las únicas diferencias que existen entre un cerebro típico y uno autista. También son diferentes los neurotransmisores (sustancias químicas que llevan el mensaje electroquímico de una neurona a otra permitiendo que la señal traspase la sinapsis o hueco entre neuronas). Los dos principales neurotransmisores cuyos niveles están alterados son la serotonina (5-hidroxitriptamina o 5-HT) y el GABA (ácido γ-aminobutírico).
La serotonina es una monoamina neurotrasmisora sintetizada en las neuronas serotoninérgicas en el sistema nervioso central y en el tracto gastrointestinal. Desempeña un papel importante a la hora de controlar la ira, la agresividad, el humor, el sueño y el apetito.
Hay muchas enfermedades psiquiátricas que conllevan bajos niveles de serotonina en el flujo sanguíneo periférico como, por ejemplo, la depresión y los trastornos obsesivo-compulsivos. Sin embargo, parte de los afectados de autismo muestran la anomalía contraria: niveles elevados de serotonina.
La GABA es producida por las neuronas gabaérgicas, esta sustancia cumple una función inhibidora en el cerebro adulto. De manera que los bajos niveles de GABA pueden sumir a las personas autistas en un estado hiperreactivo y de sobreestimulación, lo que podría explicar la ansiedad y la hipersensibilidad de los autistas. Es posible que el GABA tenga efectos excitantes sobre los cuerpos mamilares, lo que, a su vez, puede hacer que el individuo se vea superado por un exceso de actividad neuronal.

Bibliografía
Baron-Cohen, S. (2010). Autismo y Síndrome de Asperger. Madrid: Alianza Editorial.

Dr. Félix Piñerúa Monasterio

domingo, 26 de junio de 2011

El Cerebro Autista



Los niños autistas atraviesan por una fase de hipercrecimiento cerebral en los primeros años de vida. Los análisis post mórtem indican que el cerebro de los autistas es más grande y pesado.
No se tiene claro que produce ese crecimiento excesivo y acelerado del cerebro. Los estudios post mórtem parecen indicar que, en ellos, la densidad celular es mayor en ciertas regiones del cerebro, como el hipocampo y la amígdala cerebral. También contienen más dendritas (conexiones entre neuronas). En algunas regiones, como el lóbulo frontal, el crecimiento excesivo es algo generalizado (hiperplasia). Otros investigadores han dado con anomalías contrarias: menos neuronas, por ejemplo, en la amígdala cerebral. Hay que seguir investigando para aclarar estas diferencias.
Se ha comprobado que la amígdala (encargada de las respuestas emocionales y el reconocimiento de las emociones en los demás), el hipocampo (responsable de la memoria), el núcleo caudado y parte del cerebelo (responsables del cambio de atención y la coordinación) son más pequeños en autistas.
Los autistas tienen más materia gris y materia blanca, sobre todo en los lóbulos frontales (especialmente en el prefrontal dorsolateral y el córtex prefrontal medial).

Bibliografía
Baron- Cohen, S. (2010). Autismo y Síndrome de Asperger. Madrid: Alianza Editorial.

Dr. Félix Piñerúa Monasterio

jueves, 23 de junio de 2011

El Método Psicoanalítico


La aplicación adecuada del método psicoanalítico comprende los siguientes parámetros. Al paciente se le pide asociar libremente (es decir, informar con franqueza lo que le llegue a la mente) en un ambiente confiable y confidencial. Esto ocurre con el paciente en posición reclinada, y lejos de la vista del analista, durante sesiones regulares de cincuenta minutos, que se levan a cabo cuatro o cinco veces por semana. Es un hecho empírico que la relación del paciente con el analista rápidamente se convierte en un foco importante del tratamiento (transferencia). Trabajando de esta manera, el analista aspira a descubrir la organización funcional fundamental (inconsciente) que determina las manifestaciones aparentemente causales y fragmentarias de la personalidad, las motivaciones y las emociones complejas del paciente, a medida que surgen en la relación de transferencia con el analista. El analista aplica una atención continua pero postergada hasta que esté en capacidad de formar una hipótesis acerca de lo que pueden ser los factores fundamentales que generan el material de una sesión determinada (o parte de una sesión). Esta hipótesis es probada verbalizando aspectos pertinentes de ésta al paciente en momentos apropiados durante la sesión (interpretación) y luego la hipótesis se modifica de acuerdo con las respuestas del paciente y otros sucesos subsiguientes. De esta manera es posible, durante un periodo largo, reunir gradualmente (en una formulación coherente o construcción) los diferentes factores fundamentales que determinan una cierta presentación clínica.

Bibliografía
Kaplan-Solms, K. y Solms, M. (2005). Estudios Clínicos en Neuropsicoanálisis. Bogota: Fondo de Cultura Económica.

Dr. Félix Piñerúa Monasterio

miércoles, 22 de junio de 2011

Otra Visión II – El Autismo es una Patología Neurológica

Teoría de la coherencia central débil, las personas que sufren trastornos del espectro autista tienen problemas para integrar la información en un único “todo” coherente y general. En cambio se centra en los detalles pequeños y locales de una escena. Mientras la mente neurotípica hace gala de una gran coherencia central buscando el quid de la cuestión, la mente autista tiene una coherencia central débil y es más tendente a fijarse en el detalle que a adoptar una perspectiva general. Los afectados de autismo o síndrome de Asperger pueden tardar más en percibir el contexto general (la imagen completa) porque se concentran en unidades de información menores.
Teoría de la conectividad, en el autismo y el síndrome de Asperger se da una hiperconectividad de corto alcance (hay más células nerviosas o neuronas estableciendo conexiones locales en el cerebro) y una hipoconectividad de largo alcance (hay menos neuronas que establezcan conexiones con zonas más alejadas del cerebro).
Teoría de la hipersensibilidad sensorial, las personas con trastornos del espectro autista son mejores y más rápidos realizando pruebas que impliquen búsquedas visuales, sonoras, táctiles e incluso olfativas (percepción ampliada). Esto puede indicar que muestran diferencias fundamentales a nivel neurofisiológico que aun no se han aclarado. Esta teoría es fundamental a la hora de de diseñar entornos que resulten agradables a los afectados de autismo o síndrome de Asperger, así como para minimizar es estrés que les producen las distracciones sensoriales desagradables.

Bibliografía
Baron-Cohen, S. (2010). Autismo y Síndrome de Asperger. Madrid: Alianza Editorial.

Dr. Félix Piñerúa Monasterio

viernes, 17 de junio de 2011

Ayudas para el Sistema Inmune

Las grasas animales naturales (carnes, yema de huevo y lácteos frescos)
Los aceites prensados en frío (aceite de oliva, pescado)
Frutos secos y semillas.
La cebolla y el ajo.
Los zumos recién exprimidos de frutas y verduras.
El consumo regular de perejil, eneldo, cilantro, cebollín, ajo, etc.
Los probióticos y los alimentos fermentados.
El contacto con los animales.
Nadar en aguas naturales no contaminadas: lagos, ríos y el mar.
La actividad física al aire libre.
La exposición a la luz solar.

Bibliografía
Campbell-McBride, N. (2010). El Síndrome del Intestino y la Psicología GAPS. Cambridge: Medinform.

Dr. Félix Piñerúa Monasterio

Los Probióticos

Los probióticos son bacterias beneficiosas que pueden tomarse para intentar sustituir o complementar la flora autóctona dañada.
El uso de bacterias probióticas en forma de alimentos fermentados se remonta a la época pre cristiana. Durante miles de años la gente ha fermentado la leche, la fruta, las verduras, las legumbres, el pescado, las carnes y los cereales. La fermentación de los alimentos mejora su sabor y hace que sean más fáciles de digerir y conservar.
En Rusia, Escandinavia y Japón, las bacterias probióticas se han usado como tratamiento para los seres humanos durante décadas.
El mayor uso de los probióticos ha sido en el tratamiento de los trastornos gastrointestinales.
Infecciones virales del tracto digestivo.
Enterocolitis necrotizante neonatal.
Diarrea pediátrica intratable.
Colitis pseudomembranosa.
Diarrea del viajero.
Enterocolitis por Clostritium difficile.
Infecciones por Helicobacter.
Infecciones de E. coli enteropatógenas.
Enfermedades inflamatorias del intestino: enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa crónica y pouchitis.
Síndrome de intestino irritable.
Intolerancia a la lactosa.
Prevención en cáncer de colon.
Además de los problemas digestivos, muchos problemas de salud responden favorablemente a los probióticos.
Alergias, incluyendo alergias a los alimentos.
Autismo
Infecciones virales crónicas.
Infecciones urogenitales.
Hepatitis, cirrosis hepática y enfermedad biliar.
Tuberculosis.
Meningitis.
Artritis.
Diabetes.
Quemaduras de diversos grados.
Los cuidados peri-operatorios y cuidados intensivos.
Infecciones clínicas.
Enfermedades autoinmunes.

Bibliografía
Campbell-McBride, N. (2010). El Síndrome del Intestino y la Psicología GAPS. Cambridge: Medinform.

Dr. Félix Piñerúa Monasterio

miércoles, 15 de junio de 2011

Autismo Clásico y el Síndrome de Asperger

Rasgos ComunesDificultades en la comunicación Social
Intereses obsesivos y acciones repetitivas
Rasgos DiferencialesEn el síndrome de Asperger el coeficiente intelectual esta, cuando menos, en la media y no hay retraso en la adquisición de habilidades lingüísticas.
En el autismo clásico el coeficiente intelectual puede adoptar cualquier valor de la escala y se aprecia retraso en la adquisición de las habilidades lingüísticas.
Espectro
Síndrome de Asperger
(IQ por encima de 85, sin retraso en la adquisición del habla).
Autismo de alto funcionamiento (IQ por encima de 85 con retraso en la adquisición del habla).
Autismo de funcionamiento medio (IQ entre 71-84, con o sin retraso en la adquisición del habla).
Autismo de bajo funcionamiento (IQ por debajo de 70 con o sin retraso en la adquisición del habla).
Autismo atípico (bien porque se manifestó tarde o porque sólo se da uno de los dos rasgos típico).
Trastorno generalizado del desarrollo no especifico (los síntomas son demasiado leves como para poder dar un diagnóstico claro de autismo o síndrome de Asperger aunque el individuo muestre más rasgos autistas de lo normal).

Dr. Félix Piñerúa Monasterio

lunes, 13 de junio de 2011

El Intestino y la Absorción de los Alimentos


La absorción de los alimentos dirigidos tiene lugar en el intestino delgado, principalmente en sus dos primeras partes, el duodeno y el yeyuno. Para aumentar la superficie de absorción, las paredes de estas partes del sistema digestivo forman pequeñas protuberancias en forma de dedo, llamadas vellosidades. Estas vellosidades están revestidas por las células llamadas enterocitos. Estas son las células que absorben los alimentos para pasarlos a la corriente sanguínea y de esta manera alimentar nuestro organismo.
No debemos subestimar la importancia de estas células para nuestra salud. Estas células nacen en la base de las vellosidades y, durante el curso de su corta vida, viajan hacia su parte más alta, madurando lentamente en el trayecto. Cuando alcanza la cima de las vellosidades son remplazadas, porque han envejecido. Este proceso de renovación constante de los enterocitos está regulado por las bacterias beneficiosas que viven en ellos. Veamos como absorben los enterocitos los diferentes grupos de nutrientes.
Carbohidratos
Los carbohidratos están formados por moléculas diminutas llamadas monosacáridos. Existen muchas moléculas de este tipo, aunque las más comunes son la glucosa, la fructosa y la galactosa. Estos monosacáridos o monoazúcares pueden penetrar fácilmente en el recubrimiento de los intestinos, no necesitan un proceso de digestión. Los monosacáridos de la fruta y de algunas verduras son para nosotros los carbohidratos más fáciles de digerir y deben constituir la fuente principal de carbohidratos en la dieta de cualquier persona con trastornos digestivos.
El siguiente nivel de carbohidratos son los disacáridos o azucares dobles, compuestos por dos moléculas de monosacáridos. Los más comunes son la sacarosa (la que conocemos normalmente como azúcar), la lactosa (azúcar de la leche) y la maltosa (producto de la digestión del almidón). Estos azucares doble no pueden ser absorbidos sin la ayuda de los enterocitos. Las microvellocidades de la superficie de los enterocitos conocidos como “borde de cepillo”, producen encimas disacaridasas que descomponen los azucares dobles en monosacáridos para poder ser absorbidos. Los enterocitos enfermos pierden su capacidad de producir estas enzimas por lo tanto los azucares dobles no pueden ser absorbidos, sino que se quedan en el intestino convirtiéndose en el principal alimento para las bacterias patógenas, los virus, la Candida y otros hongos. Por ello, los azúcares doble se deben eliminar de la dieta de los pacientes con GAPS. La práctica muestra que cuando no se proporciona al intestino azucares doble y almidona, por un periodo suficientemente largo, éste tendrá una mayor posibilidad de recuperarse. Una vez que se establezca la recuperación, la persona puede volver a consumir azúcares dobles, y verduras con almidón sin sufrir efectos adversos.
Proteínas
Las proteínas llegan a los enterocitos en forma de péptidos como resultado de la digestión en el estomago, por una enzima llamada pepsina, y en el duodeno, por las enzimas pancreáticas para la digestión de proteínas. Los péptidos son cadenas cortas de proteínas compuestas por aminoácidos y normalmente no son absorbidos hasta que no se descomponen en un solo aminoácido. Este proceso lo llevan a cabo los enterocitos en la superficie de las vellosidades. Los enterocitos saludables digieren las enzimas llamadas peptidasas. Cada peptidasa es específica para una determinada cadena peptídica e incluso para un enlace químico determinado. Estas enzimas descomponen los péptidos en aminoácidos simples para que puedan ser absorbidos. En personas con una flora intestinal anormal, estos enterocitos están enfermos y son incapaces de producir las diferentes peptidasas, así como de completar la última etapa de descomposición de proteínas y absorción de aminoácidos.
Las proteínas son elementales para nosotros y las fuentes de proteínas, fáciles de digerir y también muy nutritivas, son los huevos, la carne y el pescado. Para los niños y adultos con GAPS es muy importante consumir proteínas de fácil digestión y la forma en que cocinamos las carnes y pescados influyen en su digestión, siendo hervidas, guisadas o escalfada más fácil de digerir que fritas, asadas o a la parrilla. Los huevos contienen proteínas de excelente calidad, la mayoría de las vitaminas del complejo B, zinc y muchos otros nutrientes útiles.
Grasas
Las grasas requieren bilis para ser absorbidas. En personas con trastornos digestivos, la producción de mucosa es excesiva. Esas grandes cantidades de mucosa interfieren en la digestión de los alimentos sin permitir que la bilis y las enzimas digestivas lleguen a ellas. Como resultado, mucha grasa no se digiere y a menudo se excreta en forma de heces pálidas y grasientas. Esta alteración en la absorción de las grasas causa deficiencias en las vitaminas liposolubles A, D, E y K. la experiencia clínica muestra que cuando el almidón y las azucares dobles se excluyen de la dieta por periodos suficientemente prolongados, la producción de mucosa se normaliza y como resultado mejora la absorción de grasas.

Bibliografía
Campbell-McBride, N. (2010). El Síndrome del Intestino y la Psicología GAPS. Cambridge: Medinform.

Dr. Félix Piñerúa Monasterio

sábado, 11 de junio de 2011

Antibióticos, Candida y GAPS

Los antibióticos y los esteroides le han dado a las bacterias y a los hongos una oportunidad muy especial de proliferar. Estos microorganismos ubicuos siempre han vivido en nuestro organismo. Sin embargo, en un cuerpo sano están controlados por las bacterias beneficiosas y no pueden causar daños. La destrucción de esa flora autóctona, a causa de los antibióticos y otras influencias modernas, permite que los hongos crezcan fuera de control. Los que particularmente han recibido más atención son los llamados Candida, que pertenecen a la familia de las levaduras. Es una extensa familia de hongos que causa un problema muy común denominado candidiasis. Esto sucede cuando la Candida pasa de ser una sola célula inofensiva a un estado invasor activo cuando se transforma en largas hifas que se enraízan en los tejidos del cuerpo. Este tipo de crecimiento puede ocurrir en el sistema digestivo y en muchos órganos internos produciendo una gran cantidad de sustancias tóxicas. El alcohol y el acetaldehído son algunas de ellas. Prácticamente todas las enfermedades crónicas degenerativas están relacionadas con el crecimiento excesivo de la Candida, desde la artritis y los problemas digestivos al síndrome de fatiga crónica o encefalomielitis miálgica, la esclerosis múltiple (EM), la fibromialgia, los trastornos neurológicos y el cáncer. Las personas con síndrome del intestino y la psicología (GAPS), casi sin excepción, están afectadas seriamente por las distintas especies de Candida y posiblemente también por otros hongos.
Debido a que la Candida y otras levaduras prosperan con los azúcares, la dieta anti-candida tiene como objetivo eliminar todas las fuentes de alimento para esos patógenos: el azúcar y todo lo que la contenga, fructosa, maltosa, lactosa y otros azucares, incluyendo el jarabe de arce y la miel. La fruta se excluye porque constituye una fuente de azúcares simples. Como la proliferación de Candida puede causar alergias a otros hongos y mohos, todos los hongos y alimentos fermentados deberán ser eliminados de la dieta: las levaduras y los alimentos horneados con levaduras, los productos con leche ácida, todos los quesos, todas las bebidas fermentadas, el vinagre, la malta, los champiñones, el té, el café, la fruta deshidratada y los zumos de fruta. Sin embargo los cereales no se excluyen de la dieta: el maíz, el mijo, la cebada, el centeno, el trigo, la avena, el arroz etc., así como alimentos elaborados con cereales, siempre y cuando no contenga levaduras. Las verduras con almidón tampoco se excluyen: la papa, el ñame, la batata y la pataca o tupinambo. Y aquí es donde está el problema. La Candida nunca se encuentra sola en el sistema digestivo. Habita con más de 500 microbios diferentes que pueden causar enfermedades. De hecho, cuando se analiza la flora intestinal de los pacientes con GAPS, se detecta Candida al igual que muchos otros patógenos. El más común es la familia de los Clostridia. Estos agentes patógenos y sus toxinas dañan el recubrimiento del intestino, encargado de la producción de los enterocitos (células del intestino importantes para la digestión y absorción de alimentos), dejándolo incapaz de cumplir con sus funciones de descomponer los carbohidratos en moléculas suficientemente pequeñas para poder ser absorbidas. Este daño hace que los carbohidratos complejos, que son los que se encuentran en los cereales integrales y en las verduras ricas en almidón, no puedan ser digeridos, convirtiéndose así en alimentos para la flora patógena. En lugar de una digestión adecuada, se causa putrefacción y fermentación en el intestino, una fuente de toxinas que causa aún más daño en el recubrimiento intestinal y debilita así el sistema inmunológico.
La dieta anti-candida, en combinación con la dieta libre de gluten y caseína (LGLC) y la dieta libre de fenoles, son las más recomendadas para los niños autistas. En la práctica todo se reduce a muchos productos con arroz o productos que lo contengan en gran medida, papas, papas fritas, pan sin trigo, galletas y otros productos horneados. Desafortunadamente, estos carbohidratos permitirán que el intestino dañado e inflamado permanezca así y se perpetúe la toxicidad en el cuerpo.

Bibliografía
Campbell-McBride, N. (2010). El Síndrome del Intestino y la Psicología GAPS. Cambridge: Medinform.

Dr. Félix Piñerúa Monasterio

viernes, 10 de junio de 2011

Otra Visión – El Autismo es una Patología Neurológica

Para un grupo de investigadores el Autismo es un trastorno de espectro que va desde el TDG-NE (trastorno del desarrollo generalizado no específico) ↔ Autismo atípico ↔ Asperger ↔ Autismo Clásico y para ello recurren a diferentes teorías explicativas a saber: Teoría de la Disfunción Ejecutiva que se sustenta en que pacientes que han sufrido daños en el córtex prefrontal presentan disfunciones ejecutivas, es decir tienen dificultad para las acciones motoras, atención e incluso pensamientos. La idea es que, si bien el autismo no presupone daños evidentes en los lóbulos frontales, puede que, desde el punto de vista del desarrollo del córtex prefrontal no haya madurado de forma normal, esta teoría seria afín a la Teoría del Monotropismo, sabemos que el cerebro típico puede realizar diversas funciones al mismo tiempo y atender simultáneamente a dos focos de atención. La persona que padece autismo o síndrome de Asperger tiene más dificultades para realizar varias funciones a la vez porque centra su atención en un único foco.
Existen otras teorías de orden neurológico que iremos exponiendo paralelamente a la visión de origen metabólico.

Bibliografía
Baron-Cohen, S. (2010). Autismo y Síndrome de Asperger. Madrid: Alianza.

Dr. Félix Piñerúa Monasterio

jueves, 9 de junio de 2011

Los Fenoles y los Salicilatos

Los fenoles son sustancias aromáticas con un peso molecular muy bajo. Éstos dan a nuestros alimentos su color y su sabor, y los conservan en su estado natural protegiéndolos de los agentes patógenos. Asimismo, toman parte activa en la germinación y en el crecimiento de las semillas y las flores atrayendo a los polinizadores. También actúan como poderosos antioxidantes y desintoxicantes al introducirse en nuestro cuerpo. Los fenoles se encuentran en muchos nutrientes y sustancias activas esenciales que debemos obtener todos los días. Veamos algunos de ellos:
Vitamina C. Nadie puede vivir sin ella.
Vitamina K. Es esencial para la coagulación de la sangre y muchas otras funciones corporales.
Vitamina E. Es esencial para el desarrollo del cerebro y cientos de otras funciones del cuerpo.
Vitamina B1 (tiamina), B2 (riboflavina), B3 (niacina), B6 (piridoxina), acido fólico y fenoles. Todas estas vitaminas son esenciales en nuestro organismo diariamente, si es que queremos mantenernos con vida.
Aminoácidos, la colina, la fenilalanina, el triptófano y otros. Sin ellos no seriamos capaces de general los neurotransmisores para nuestro cerebro y para el resto del sistema nervioso.
Algunos neurotransmisores mismos: la dopamina, la noradrenalina o la histamina, son también fenoles.
El ácido gálico. La suspensión de este fenol es la base de la dieta Feingold o la dieta de salicilatos bajos. El ácido gálico se encuentra en aproximadamente el 70% de todos los alimentos.
Esta lista se puede extender. Todas las proteínas naturales, las grasas y los hidratos de carbono contienen compuestos fenólicos. Si eliminamos de nuestra dieta todos estos elementos simplemente moriríamos de hambre.
Sin embargo, no cabe duda de que los niños autistas, así como los pacientes hiperactivos, disléxicos, asmáticos, diabéticos, esquizofrénicos y con otras enfermedades típicas del GAPS, reaccionan a los fenoles y a otras muchas sustancias de los alimentos. Estas reacciones son muy diferentes de la clásica alergia y no se pueden describir como tales, porque no se observan en el sistema inmunológico los cambios típicos de esta afección. Aún no se ha encontrado una explicación científica para estas reacciones. Al respecto la neurólogo y nutricionista Campbell-McBride (2010) considera que al ser estas sustancias desintoxicantes antes de hacernos sentir mejor, nos van a hacer sentir peor. Esto sucede porque todos tenemos toxinas almacenadas en los tejidos de nuestro cuerpo. Cuando una sustancias desintoxicante se introduce en el cuerpo, lava las toxinas eliminándolas del lugar donde se almacenan y las pasa al torrente sanguíneo para dirigirlas a los órganos de eliminación y posteriormente excretarlas a través de la orina, el sudor o la bilis. Dependiendo de la naturaleza de la toxina y de la susceptibilidad individual, estos síntomas producto de la desintoxicación pueden ser diferentes. Pueden variar desde dolores de cabeza, alteraciones del comportamiento, erupciones en la piel y hasta estornudos. Así pues, lo que está sucediendo es que los fenoles de los alimentos están tratando de “hacer limpieza”.
Los niños y los adultos con GAPS están gravemente intoxicados y no cabe duda de que la desintoxicación debe ser parte integrar del tratamiento. Los fenoles naturales que se encuentran en los alimentos son la forma que tiene la naturaleza para eliminar diariamente las toxinas del cuerpo. Así que lo último que debemos hacer es eliminar esos alimentos de nuestra dieta.

Dr. Félix Piñerúa Monasterio

miércoles, 8 de junio de 2011

El Gluten y los Péptidos en la Salud Mental

El gluten y los péptidos de la caseína llamados gluteomorfinas y casomorfinas se detectaban en la orina de los niños autistas, los pacientes con esquizofrenia, psicosis, depresión, TDAH y otras afecciones autoinmunes. Estos péptidos tienen una estructura química parecida a las drogas opiáceas y se cree que afectan al cerebro de manera similar.
El gluten es una proteína que se encuentra en los cereales, principalmente el trigo, el centeno, la cebada y la avena. La caseína es una proteína que se encuentra en la leche y en los productos lácteos. Los niños autistas, debido a las anomalías de su flora intestinal, anhelan sus hidratos de carbono procesados, los alimentos que nutren a las bacterias patógenas de su intestino. Así que, al prescribir a estos niños una dieta libre de gluten y caseína (LGLC), se remplazan los carbohidratos procesados con gluten por los carbohidratos procesados sin gluten, elaborados con arroz, azúcar, fécula de papa, harina de yuca, soja, harina de alforfón, etc. Este tipo de alimentos nutrirán la flora anormal del niño de forma similar a como lo hacía la dieta anterior, perpetuando un circulo vicioso en un intestino dañado que deja escapar las toxinas a la sangre y al cerebro debido a su permeabilidad.
No cabe duda de que es mejor eliminar el gluten y la caseína de la dieta del niño, pero de ninguna manera esas dos sustancias son las únicas claves decisivas en la dieta de niños autistas, esquizofrénicos o con otras afecciones del síndrome del intestino y la psicología (GAPS), este síndrome incluye enfermedades como el autismo, déficit de atención e hiperactividad, déficit de atención, asma, eccesma, alergias, dispraxia o dislexia. La cuestión fundamental en la cual nos debemos centrar es la mala salud del intestino dominado por microbios anormales.

Bibliografía
Campbell-McBride, N. (2010). El Síndrome del Intestino y la Psicología GAPS. Cambridge: Medinform.

Dr. Félix Piñerúa Monasterio

lunes, 6 de junio de 2011

Sistema Digestivo, Sistema Inmune y Salud Mental



La superficie del epitelio intestinal del sistema digestivo está habitada por un gran número de bacterias que puede definirse como la cuna del sistema inmune, tanto sistémico como de la mucosa. Los bebes nacen con un sistema inmune inmaduro. La población del tracto digestivo con una flora intestinal sana desempeña un papel crucial en la maduración apropiada del sistema inmune. Si el establecimiento de la flora intestinal no se produce en torno a los primeros 20 días de vida, el sistema inmune del bebé queda comprometido. Las bacterias beneficiosas que se instalan en el epitelio de la pared intestinal desempeñan su función inmunomoduladora de diversas maneras.
Las bacterias esenciales o beneficiosas en nuestro sistema digestivo toman a su servicio a un miembro importante del sistema inmune, el tejido linfoide de la pared intestinal, que participa de la producción de grandes cantidades de linfocitos e inmunoglobulina. Por ejemplo, en la pared celular de la bifidobacteria (bacteria que habita en el colon humano) hay una sustancia llamada muramil dipéptido que activa la síntesis de uno de los grupos más importantes de células del sistema inmune, los linfocitos. Los linfocitos en la pared del intestino producen inmunoglobulinas, y la más importante del intestino es la inmunoglobulina A (IgA).
La IgA es producida por los linfocitos en todas las membranas mucosas del organismo y excretada a través de los fluidos corporales. Su trabajo es proteger las membranas mucosas destruyendo e inactivando bacterias, virus, hongos y parásitos invasores. Adicionalmente las bacterias beneficiosas, además de estimular la producción de IgA, reducen su degradación a través de un proceso muy complicado y permiten que éste tenga más tiempo para realizar su trabajo. Es muy común que en niños y adultos con autismo, déficit de atención e hiperactividad (TDAH), déficit de atención (TDA), asma, eccema, alergias, dispraxia o dislexia la IgA sea deficiente, debido a las anormalidad en su flora intestinal, lo cual implica que la pared intestinal tenga una baja capacidad para defenderse a sí misma de hongos, virus de vacunas o del medio ambiente, bacterias y parásitos.

Los linfocitos no son las únicas células inmunes que deben estar presentes en las paredes intestinales. Cuando hay una deficiencia de bacterias beneficiosas del intestino, otros grupos de células inmunes, llamadas neutrófilos y macrófagos, tampoco pueden realizar su trabajo correctamente. Estas son las células que se reúnen en los tejidos infectados e inflamados para limpiarlos, tragando y destruyendo virus, toxinas, bacterias y desechos celulares.

La flora intestinal sana, además de asegurar la función adecuada de linfocitos, IgA y fagocitos, desempeña un papel importante en la producción de interferones, citoquinas y muchos otros reguladores activos de la respuesta inmune, particularmente en la lucha contra las infecciones virales. En personas con autismo, déficit de atención e hiperactividad (TDAH), déficit de atención (TDA), asma, eccema, alergias, dispraxia o dislexia, los virus de vacuna o del medio ambiente tienen una buena oportunidad de sobrevivir y persistir debido a las anormalidades en su flora intestinal. Un buen ejemplo es el virus del sarampión que se ha encontrado en las paredes intestinales y el líquido cefalorraquídeo de los niños autistas.
La influencia de la flora intestinal en el sistema inmune va mucho más allá del intestino mismo. La evidencia científica muestra que cuando la flora intestinal está dañada, no sólo los niveles de IgA, linfocitos, macrófagos, interferones, citoquinas, etc., del sistema digestivo disminuyen, sino que también el sistema inmune se desequilibra. Este proceso hace que la persona quede inmunocomprometida (Campbell-McBride, 2010).

Bibliografía
Campbell-McBride, N. (2010). El Síndrome del Intestino y la Psicología GAPS. Cambridge:Medinform.

Dr. Félix Piñerúa Monasterio